FOTOGRAFIAS: Bendito Planeta y Gentileza www.visitgreece.gr
Día y noche, las dos vistas de la Catedral desde mi habitación.
Me fue difícil despedirme de Atenas sin que quedasen registradas mil imágenes en mi memoria. Como fue el privilegio -hospedándonos en el hotel Ciel Living del barrio de Plaka, pleno centro histórico- de haber alojado a 50 metros de su Catedral Metropolitana -iglesia ortodoxa situada en la plaza Mitropólis, también conocida como Catedral de la Anunciación de Santa María- que yo observaba desde mi habitación, sorprendida de día y en éxtasis de noche, contemplando incrédula este espectáculo que para mí era un regalo constante. Como también revivir el recorrido que hacíamos 10 minutos a pie, en dirección a la Plaza de la Constitución -la concurrida Plaza Sintagma, la más importante de Atenas y el corazón de su actividad comercial y política- hasta llegar al edificio del Parlamento (el antiguo palacio real del siglo XIX), para presenciar el cambio de guardia que se realiza cada hora en punto ante la tumba del Soldado Desconocido. Una ceremonia a cargo de soldados nacionales que, con su uniforme y paso cadencioso, eran atracción máxima.
Tantas sorpresas a encontrarse tras regresar por cualquiera de sus calles laterales. Como toparnos con Mezze (el famoso restaurante de comida griega, duplicado en diversas ciudades del mundo), donde nos sentamos a almorzar ansiosos de probar más platos típicos. Impactados también, sin haberlo planificado, de hacer un alto justo en la esquina de The Dolli, el lujoso hotel-boutique en que se transformó una mansión de 1925, y donde cada elemento que usted visualiza es de diseño. Qué decir del Metro en Atenas: Un museo subterráneo con réplicas de esculturas del Partenón y una exhibición de antigüedades en sus distintas estaciones, todas abiertas a público, las que cubren un período desde el siglo V AC hasta tiempos del Imperio Otomano.
¿El Agora? Se encontrará con ella cuando finalice su visita al Partenón en la cumbre de la Acrópolis, siguiendo la ruta, casi en fila india, de los forasteros que a mediodía -ya finalizada su peregrinación al templo más importante de Grecia- van camino abajo. Allí están los restos de lo que fue la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas. Hoy un espacio abierto, cuadrado, rodeado de comercio y edificios públicos, próximo también a lo que se conserva como restos de la Biblioteca de Adriano y la iglesia de San Asomatos, todo cuidado en extremo por el gobierno griego.
Si usted cuenta con solo dos días para recorrer Atenas, súbase al Hop On Hop Off (esos buses turísticos conocidos como sightseeing tours), que constituyen la forma más práctica de darse una vuelta por la ciudad. El recorrido cuenta con 14 paradas y le dará la oportunidad de bajarse en cualquiera para conocer sus alrededores, y subirse cuando quiera para proseguir donde más le interese. Parten desde la Plaza de la Constitución, ese centro neurálgico desde el cual usted tendrá la certeza de llegar a visitar una cantidad de museos que ni en sueños pensaba ingresar.
El adiós definitivo sería en el Pireo, el principal puerto de Atenas (ubicado a 8 kms al sur de la ciudad). A mediodía del 26 de septiembre nos embarcaríamos en The Voyager of the Seas, crucero de Royal Caribbean, para iniciar la aventura que soñábamos desde hacía tanto tiempo. El mapa refleja la región final del recorrido, cuando abandonábamos las islas griegas para adentrarnos en el misterio, para nosotros, del Mar Adriático.
Cómo siempre tus relatos maravillosos! Muchísimas gracias
Bellísimo relato. Estuve allí, subí a la Acrópolis, recorrimos el centro y sus calles. Pura magia. Al leer tus palabras, siento que lo soñé . Y desperté abruptamente en El Pireo, emarcándonos en un rascacielos flotante.
Carmen,
Never been to Athens .
It’s wonderful to visit beautiful cities with you.
Living vicariously through your travels !
Carmen, maravilloso comentario sobre todo con una estadia tan corta. Yo he estado en Atenas 5 veces y creo que he visto menos que tu.
Sentí mia la penita de esta despedida y, a la vez, una suave dulzura al constatar que la impermanencia nos enseña a amar sin apego ni dominio.
Asimismo nos regala gratitud y hermosos recuerdos para seguir adelante y arriba. Gracias.
Gracias por hacerme recuerdos de viajes pasados en tan lindo relato