Una de las preguntas que más se me repitieron de regreso al continente fue: «¿Qué fue lo que más te gustó de Barbados?»
¡Cómo explicar tanto…! Barbados es una pluralidad de atractivos, una isla del Caribe sobre la cual es fácil escribir, pero no brevemente, porque invita a ambientes muy gratos y tiene mucho que ofrecer. Nosotros arrendamos auto, recorrimos Barbados con el apoyo de Waze y por primera vez manejamos por la izquierda como si hubiésemos vivido por años en esta isla/nación que fue colonia británica por más de 300 años. De hecho, hubo momentos en que manejando por una vía principal, pavimentada y con señalética, Waze nos indicaba hacer un giro a la derecha y nos sacaba a calles secundarias, cruzando plantaciones de caña de azúcar y pasando incluso por el lado del patio trasero (con gallinas incluidas) de casas de residentes locales. Así recorrimos el 80% de la isla con la autonomía para hacerlo y disfrutar, al mismo tiempo, creando nuestras propias aventuras. Aquí nuestro primer destino: St. Nicholas Abbey.
St. Nicholas Abbey no es una iglesia. Es una mansión histórica con la plantacion de caña de azúcar más importante de Barbados. La propiedad, construida en 1658, tiene una arquitectura de estilo jacobeo, desarrollada en Inglaterra durante el reinado de Jacobo I (1603–1625) y cuya historia puede verse in extenso en el programa de Discovery en TV Cable. Cuenta la historia de dos amigos que ven la oportunidad de unir patrimonio, comprando entre ambos la propiedad. Uno de ellos muere asesinado y el otro, 8 semanas después, contrae matrimonio con la mujer de la víctima. De esta manera, comienza un traspaso de propiedad, con más historias trágicas que se suceden hasta hoy, para concluir en un museo a cargo de su actual heredero, envuelto en una enorme fortuna. St. Nicholas Abbey es la destilería de ron más importante de Barbados y es Barbados la cuna del ron en el Caribe, fuente de mejores prácticas desarrolladas en la producción de ron y luego reproducidas en otras destilerías de otras islas de Centroamérica.
Tras probar la espectacular cata de ron que ofrece la abadía (que nunca fue abadía), continuamos hacia Animal Flower Cave, al noroeste de Barbados. Una cueva marina con piscinas naturales y vistas hermosas del Atlántico. Aquí comprendimos que las rutas de acceso que elegimos por Waze no fueron perfectas. Y es que al llegar a Animal Flower Cave -que figura entre los lugares más atractivos de Barbados- comprobamos que la gran mayoría de turistas llegaba por otras rutas, con un conductor local que sabía como utilizar los caminos principales. En todo caso, nosotros felices de haber conocido Barbados como nunca lo habríamos imaginado posible. Esta cueva es un área de la isla donde no hay playas. Solo hay acantilados de roca y material marino por donde caminábamos, bordeando el perímetro de la isla en que el mar Caribe y el Atlántico colisionan con sus corrientes y generan movimientos de olas que son de otro mundo. Para nosotros, un lugar mágico porque en un momento aparecieron casi 100 cabras en rebaño con su pastor. Y si bien nos distrajimos un instante observando el espectáculo de otras olas, al querer ver nuevamente a esas 100 cabras, ya no estaban (“magia gratis”, pensamos )… En todo caso, ya era hora de regresar a Glitter Bay Estates (nuestro apartamento en playa), dado que a las 6:00 de la tarde el universo parecía apagarse. Atardeceres preciosos daban paso de inmediato a una noche abrupta. Cautos, regresamos a nuestra villa a cenar, descansar, compartir un vaso de vino, ver una película y programar lo que haríamos al día siguiente.
Esta vez manejamos por la costa oeste hacia el sur de Barbados. Una belleza de ruta en la cual, junto al mar, hay construidos una cantidad de hoteles hermosos: como Sandy Lane (donde degustamos el tradicional 5 o´clock tea), The Sandpiper y Fairmont, the Royal Palm, con sus respectivos restaurantes junto a la arena. El día anterior ya habíamos visitado Bridgetown (declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO) y en esta ocasión el plan era atravesar la capital, continuar por el camino costero y llegar a dos puntos muy importantes.
El primero -también Patrimonio Mundial de la UNESCO- fue la casa en que vivió George Washington en 1751, la única vez que -a sus 19 años- viajaría fuera de los Estados Unidos. Hasta aquí el futuro mandatario llegaría acompañando a su medio hermano Lawrence, confiando que el buen clima en Barbados lo mejoraría de la tuberculosis que sufría. La casa es señorial y su entrada principal permite el ingreso a un hall central y, en línea recta hacia el fondo, a un comedor en que 28 personas podían cenar juntos. La profundidad del comedor la marcan las cabeceras de una mesa rectangular con 13 sillas por lado. Es decir, si alguien llegaba a la casa montando a caballo durante una cena iluminada a vela, todos los que estuviesen cenando podían advertir la presencia del visitante. Es también la casa donde Washington enfermó de viruela, lo cual (aunque peligroso en el momento) lo inmunizó para futuras campañas militares. Es una pieza histórica única en el Caribe, vecina a los túneles de Garrison, creados en forma natural por la erosión del agua a través de la roca caliza.
El otro destino imperdible es Oistins Fish Fry: una playa de pescadores que con sus capturas del día (y especialmente viernes y sábados) se goza de una gastronomía de mariscos y pescado fresco, música en vivo, baile y gente dispuesta a pasarla bien en un ambiente relajado hasta la media noche. Los pescadores son los dueños de los restaurantes de playa que están junto a la arena, donde se puede caminar, oir la música desde cierta distancia y comer un filete de pescado estilo caribeño. Tip local: flying fish and cou-cou, el plato nacional de Barbados.
Finalmente disfrutamos nuestra última noche en Glitter Bay Estates. Al amanecer, nos lanzamos al mar para despedirnos de esas aguas increíbles del Caribe. Cerrado el departamento, subimos a nuestro súper vehículo y condujimos durante 50 minutos hasta llegar al Grantley Adams International Airport para tomar nuestro vuelo de Copa Airlines de regreso a Panamá, con un enorme agradecimiento a Barbados: la isla del Caribe más cercana a Africa, fascinante, elegante y digna de su gente amable y de alma noble. Más que recomendable con Stopover de Copa Airlines.
Consultora de contenidos: Judith Arango
Que atractivo luce Barbados en tu relato Carmencita. Que interesante conocer aspectoa desconocidoa de su historia!
¡Fascinante, Carmen querida!
Una narración tan descriptiva y sensorial que se disfruta al máximo.
Próximo destino de todas maneras.
Gracias Carmen.
Gracias «Bendito Planeta»
Qué agradable viaje. Y mostrando ese país acogedor. Gracias
Lindo e interesante relato,que dan deseos de estar en Barbados.Gracias Carmencita por tu lindo viaje en esa hermosa isla.Felicitaciones.Que bien te veías sumergida en esa aguas calidad.Cariños para ti