Flotar en el aire es una de las sensaciones más espectaculares que uno pueda vivir. Y si además se hace de cara al viento, y observando un bello paisaje, es inolvidable. La experiencia la viví en Capadocia, Turquía, uno de los mejores lugares del planeta para disfrutar de un vuelo en globo aerostático. Si usted quiere saber de qué se trata, acompáñeme en este recorrido.
TEXTO Y FOTOGRAFIAS: Erika Luters
Tenga presente que Turkish Airlines lo llevará desde el rincón del mundo donde usted se encuentre a la Anatolia Central, lugar donde se inicia esta aventura.
Advierto: para disfrutarla hay que “sacrificarse” un poco. Esto significa que uno debe saltar de la cama a las 4:00 de la mañana para salir del hotel cuando aún no amanece. Verá que decenas de minibuses con cientos de turistas comienzan a llegar al punto de partida, todos ansiosos por vivir esta experiencia. A un costado, los preparativos no se detienen. Los globos lentamente comienzan a tomar forma a medida que se les va introduciendo el gas propano con el que funcionan. Son todos diferentes: algunos bien coloridos, otros solo con una sigla o una marca. Así, pasadas las 5:00 de la mañana, los globos ya están inflados y para nosostros llegó el momento de embarcar.
En cada globo -cuyo canasto está hecho de un material algo más grueso que nuestro mimbre- caben entre 18 a 20 personas. Al centro de la cesta se ubica el capitán del globo, junto al tanque de acero inoxidable que contiene 80 litros de gas propano. Subiendo por una pequeña escalera, los encargados se esmeran en ayudarnos para que todo resulte fácil y entretenido. Todos hablan al menos dos idiomas, español e inglés, y siempre tienen una sonrisa para los visitantes. Saben que el turismo es una actividad que tienen que cuidar y que les significa el 12% del PIB turco. El despegue es tan suave que uno no se da cuenta que el globo ha comenzado a volar hasta que alguien del grupo advierte que ya no estamos sobre tierra firme. El globo se desplaza muy lentamente y comienza a elevarse. La cesta donde vamos todos parados es lo suficientemente alta para sentirse seguro y comenzar a disfrutar del paisaje.
A nuestro alrededor vemos unos 100 globos en total. En el nuestro, todos permanecemos en silencio, maravillados con el espectáculo. El único ruido es del quemador que proporciona el aire caliente para mantener el globo en el aire. El panorama que se aprecia desde las alturas no se puede comparar con algo conocido. Algunas personas dicen que es como un paisaje lunar (aún no he visitado la luna, así que no puedo confirmarlo). Los primeros rayos del sol asoman justamente por atrás del volcán Erciyes, el que hoy permanece inactivo, pero que fue el responsable de la conformación del terreno por el que se caracteriza Capadocia. Geógrafos antiguos contaban que en días despejados, desde su cima a 3.917 metros, era posible distinguir el Mar Negro y el Mar Mediterráneo. Ya amaneció completamente y una suave brisa balancea el globo que se desplaza hacia arriba (750 metros), desde donde se aprecia una panorámica sorprendente. Por momentos desciende lentamente y vuelve a subir. En el camino, otro globo se acerca y se topan en el aire. “Un beso de globo”, dice el capitán.
Desde la altura es posible apreciar en todo su esplendor a las llamadas Chimeneas de Hadas. Estas son rocas empinadas que en su cima tienen una formación más dura que hacen como un efecto de paraguas, protegiendo a la parte de abajo que es más “blanda” y porosa. El viaje está por concluir y comenzamos a descender lentamente. Ahora no es solo el ruido del quemador lo que se escucha. Todos comenzamos a compartir lo que fue para cada uno esta experiencia de una hora y coincidimos en que es única e inolvidable. Ya cuando bajamos lo suficiente, vemos una camioneta de pasajeros y un tráiler (donde después se llevarán el globo desinflado) y varios hombres con cuerdas que se acercan para ayudar con el aterrizaje, el que se hace en cualquier lugar más o menos plano del recinto que hemos sobrevolado.
A pesar que el día estaba despejado, una corriente de aire nos jugó una mala pasada. Pese a los esfuerzos del personal por controlar el globo, el canasto se volcó hacia un lado cuando ya estábamos en tierra. Nada grave. El hecho sirvió incluso para relajar la situación ya que todos estallamos en carcajadas mientras salíamos de la cesta. Al finalizar nuestra aventura, nos esperaban con una copa de champán. A nadie le importó que el día estuviera recién comenzando. Los brindis no se hicieron esperar. En ese momento el capitán, todo muy ceremonioso, nos entregó a cada uno un certificado que acredita nuestro viaje.
Em todavía casp, Capadocia da para mucho más. Cautiva por aire y por tierra. En Göreme, ciudad que es una suerte de base de operaciones para el turismo, se puede apreciar a simple vista el legado de los hititas (siglo XVII AC), antigua civilización que dominó por cerca de cuatro siglos la zona. Gracias a su superioridad militar y a mucha habilidad diplomática, crearon un imperio que, según algunos expertos, consideran el tercero en el Medio Oriente después de Babilonia y Egipto. Como buenos guerreros, y aprovechando las características geográficas de Capadocia, los hititas comenzaron con la costumbre de cavar en la roca volcánica para construir sus viviendas. Y este hábito en ciertos lugares de la ciudad se mantiene hasta nuestros días.
Los hititas dejaron en Capadocia una herencia de más de 200 ciudades subterráneas, algunas de las cuales se pueden visitar. Conocer alguna es un imperdible. Pero, ojo… Si sufre de claustrofobia, mejor no intente bajar. El estado turco se ha esfuerzado por mantenerlas en buenas condiciones. Sin embargo, la visita puede resultar agobiante, especialmente si hace mucho calor. Si se queda en la superficie, puede compartir con las decenas de artesanas que por un euro le venderán los muñecos de trapo tradicionales de la zona.
Yo decidí a bajar, pese a la alta temperatura que había ese día. Y ¿saben de quienes me acordé? Obvio, de ¡¡Los Picapiedras!!, especialmente por las puertas circulares que tienen estas construcciones y que fueron hechas para protegerse ya que solo se abrían desde adentro. En la antigüedad estas ciudades podían albergar hasta unas 20.000 mil personas, puesto que contaban con respiraderos, pozos de agua, almacenes, caballerizas y todo lo necesario para vivir en su interior. Luego, durante el cristianismo bizantino, muchos espacios de estas ciudades subterráneas fueron transformados en templos, según se ha podido establecer por las iconografías que decoraban sus paredes.
Muy cerca del centro está lo que se conoce como el museo al aire libre de Göreme, pero que en realidad es un parque nacional. Aquí se acumulan monasterios, iglesias y capillas, todos cavados en la roca por los cristianos para protegerse de los romanos. En 1985, la Unesco lo incorporó al Patrimonio de la Humanidad. En su interior está prohibido tomar fotos o grabar videos. Y esta prohibición tiene mucho sentido ya que pese al paso de los años en esos lugares se pueden apreciar frescos de la época que mantienen sus colores muy bien conservados. En síntesis, un viaje inolvidable. Solo un consejo, dado los calores extremos. Las mejores épocas para visitar la zona serán siempre otoño y primavera.
Gracias Carmen y en especial a Erika por su detallado relato de esta aventura. Su relato del globo es impresionante hasta la capacidad de gas propano que llevan, En mi comentario a mi tocayo Gonzalo Redondo sobre Capadoquia le indique que le falto el globo, del cual la vista es impredsionante, Se ven cosas que no veras en ninguna otra parte y cubre la vision una gran distancia.
Qué reportaje más interesante y bien relatado, me sentí una pasajera más adentro del globo, me desesperé en la ciudad subterránea y me imaginé la ráfaga de viento que ladeó el globo. Muchas gracias Carmen como siempre, y felicitaciones a Erika.
¡Que relato más fluido, gráfico e interesante!
Si bien Capadoccia está en mi «bucket list», me quedó claro que me voy a saltar el vuelo en globo aerostático, (sufro de acrofobia), y las ciudades subterráneas, (también sufro de claustrofobia). Gracias Erika por darme la oportunidad de disfrutar algo que no voy a hacer y a ti, Carmen querida, benditas gracias por «Bendito Planeta».
Excelente relato de una experiencia envidiable! Muchas gracias!
Que Excursión mas fantástica !! hermosa, y obvio que super interesante, para no olvidar nunca !!!! Yo había visto fotos y el relato de unos amIgos años atrás, pero esta de ErIka es muy completa, bonita y excelentes fotografías, FELICITACIONES !!!!! Y muchas gracias por la publicación Carmen !!!!
Que Excursión mas fantástica de estos lugares tan especiales!! hermosa, y obvio que super interesante, para no olvidar nunca !!!! Yo había visto fotos y el relato de unos amIgos años atrás, pero esta de ErIka es muy completa, bonita y excelentes fotografías, FELICITACIONES !!!!! Y muchas gracias por la publicación Carmen !!!!
Mil gracias por tan buenos comentarios sobre mi relato. Es q el lugar y la experiencia son fantásticas!
Gracias Carmencita por este bello reportaje.
Gran relato querida Erika, dan ganas de partir de inmediato y sentir la misma emoción que nos transmitiste, muy buenas las fotografías, felicitaciones!!!!!!!