«A fines del año 1989, en Santiago de Chile, se estrenó “Indiana Jones y la última cruzada”, una historia muy entretenida de esta saga que incorporó a Indiana joven (River Phoenix) y a al padre de Indy (Sean Connery)».
TEXTO: Marcelo Sandoval: FOTOGRAFÍAS: Marcelo Sandoval y Bendito Planeta
La búsqueda del Santo Grial para salvar al personaje –interpretado por el mítico actor que encarnó al Agente 007”- lleva a Indiana a Jordania para adentrase en un desfiladero y llegar a la monumental necrópolis de Petra. Una maravilla mundial que no estaba en mis libros y de la que no se hablaba mucho; sólo los que se han aventurado por esos lados sabían de ella. Indiana Jones entrando por ese desfiladero con la banda sonora de John Williams todavía resuena en mi cabeza. Sin duda era un lugar mágico que me cautivó a través de la pantalla del cine. A partir de ese momento me planteé la idea que, algún día, estaría por esos lados.
Y así fue, el pasado mes de julio, desde Madrid en un vuelo directo a Aman, aterricé en el Aeropuerto Internacional Reina Alia, llamado así en honor a la tercera mujer del fallecido rey Hussein. El actual reinado hachemita de Abdalá y Rania es pro Estados Unidos, que presta soporte al país. Igual, los jordanos están con resentimiento hacia Estados Unidos y en los puestos callejeros del centro, incluso en buenos restaurantes, no se encuentra Coca Cola. En su reemplazo, una gaseosa que pretende emular a la original, pero que al contacto con las papilas gustativas sabemos que no tiene ninguna reminiscencia con la bebida cola. Como se trata de un país musulmán, aunque conviven bien con minorías cristianas y ortodoxas, no se vende alcohol. Sólo en los hoteles cinco estrellas y en supermercados para el mundo diplomático se encuentra ese tipo de bebestibles. Lamentablemente, el turismo en Jordania no está pasando por el mejor momento. Los responsables son la inminente guerra en la zona y el poco interés de las autoridades por mejorar esta actividad. Sin embargo, en Jordania todo es tranquilo.
PETRA: UNA MARAVILLA DE LA HUMANIDAD
Antes de ir a Petra, visité el Mar Muerto donde, por supuesto, tomé un baño y floté. La sensación no es muy agradable… sentí que estaba flotando en una gran masa de sopa caliente. Después, vendría el desierto de Wadi Rum, el mismo de Lawrence de Arabia, donde casi mágicamente imaginé corriendo por las dunas a Peter O’Toole y Omar Shariff, ahora escuchando la banda sonora de Maurice Jarre. Y llegó el turno de Wadi Musa, la ciudad donde está incrustada Petra. Una villa pequeña, rodeado de cerros, comercio para el turista y varios hoteles y hostales de distintos precios. Una gran infraestructura recibe al visitante. Se detectan escasos turistas y los guías casi tienen la obligación de llevarlos a un punto de ventas de chucherías. El camino es largo hacia el interior, pero el guía que le correspondió a mi grupo, integrado además por cinco zaragozanos y una madrileña, hizo que el recorrido fuera ameno.
En forma clara y sin dudas, el cicerone entregaba explicaciones atinadas y claras sobre la cultura nabatea, quienes construyeron la necrópolis de Petra y la ciudad antigua. Nos contó que había estudiado para desempeñar su cargo y que además leía mucho. Puedo afirmar que era un hombre muy instruido y con opinión. Incluso se refirió a conductas patriarcales de su país, que para los occidentales son extrañas y casi del siglo XVIII. En tanto, dos inmensas paredes de roca de color rosa empiezan a delinear el camino. Se pone angosto y pienso…ya viene, ya viene.
De pronto, aparece la tremenda infraestructura de 300 años antes de Cristo, una maravilla de la humanidad que está mencionada en el libro del Génesis. Hogar de una cultura de la que subsisten pocos rastros; un sitio visitado y ocupado por romanos, griegos y bizantinos, entre muchos otros. Impresiona ver el edificio más conocido de Petra, Al Khazneh (el Tesoro) con una fachada de 40 metros de altura y decoraciones elaboradas con capiteles y frisos y figuras corintias. La leyenda dice que allí hay un tesoro escondido de un faraón, pero nunca se ha encontrado nada. En 1812 el explorador suizo, Johannes Burckhardt realizó el descubrimiento de Petra. Se vistió de árabe y convenció a un beduino que lo llevara al sitio arqueológico. También el paseo por el lugar muestra ruinas de tumbas, teatros estilo romano-griego, un monasterio y centros de adoración a una divinidad de esa civilización. El gran templo ocupa un área estimada de siete mil metros cuadrados. Se estima que este santuario fue construido a finales del siglo I AC. Los beduinos frecen sus artículos, algunos intentando vivir en el lugar, aunque el gobierno los desplazó de Petra y la mayor parte de ellos habitan en poblaciones básicas a unos dos kilómetros del sitio arqueológico.
UN PERIPLO DE CINCO HORAS
Por el año 300 de nuestra era, el cristianismo se asentó en el lugar y se nombró un obispo, quien hizo construir una iglesia en un centro de ritual pagano. El periplo del visitante continúa: Subir escalones, caminar por senderos pedregosos y algunos con muchas dificultades, por ejemplo, el monasterio que tiene más de 250 escalones. Jóvenes árabes ofrecen el servicio de burros y mulas. El calor es agobiante. Qué mejor que ir al Centro de Visitas, donde hay baños, comercio y un restaurante para comer algo o tomar cerveza. Efectivamente hay una cerveza local que conocí en ese lugar por un valor de ocho euros. Los amantes de este líquido saben que una buena cerveza necesita una buena agua, pero en Jordania hay problemas de abastecimiento del vital elemento. Resultado: Cerveza mala. La mejor opción, tomar un jugo para calmar la sed. Más tarde, se visita un museo con aire acondicionado, donde está explicada la historia de los nabateos. La muestra es precisa, con buenos mapas y una clara línea del tiempo. Cerca de cinco horas para ver rocas, fachadas, tumbas, monasterio, gatos (hay muchos en Petra y en toda Jordania), tesoros en Piedra, camellos y muy, pero muy pocos turistas. Terminé contento, satisfecho… con un sueño cumplido.
Fanática de «La última cruzada», Marcelo me transportó a Petra con su vívido y anecdótico relato. Nada mejor que los guías españoles y compenetrados en sus funciones y el plus de pocos turistas que permite empaparse con la arquitectura y buscar el Santo Grial con Indy.
Infinitas gracias Marcelo Sandoval. Puedo decir que «estuve» en Petra.
¡Me encanta «viajar» con Marcelo Sandoval! No solo es buen observador sino muy entretenido.
En cuanto a Jordania, que pena que no consideren invertir más en turismo, pero -claro- se mezclan religión, creencias, cercanía a conflictos…
Como en todas sus crónicas, Marcelo Sandoval nos lleva vívidamente a lugares que todos quisiéramos conocer!!
Pero nos deja con gusto a poco… queremos más detalles y anécdotas!!
Fantástico relato de Marcelo , hice ese mismo viaje y no recuerdo haber tenido esa fantástica agudeza y precisión en la mirada .
También nos acompañó un guía español y el calor no arreció .
Gracias Marcelo por permitirme revisitar este maravilloso lugar
Another fabulous article .
Wonderful photos too.
Always looking forward to seeing what great places and adventures you will introduce us to.
Gracias Marcelo y Carmen, un lindo relato de Petra. Lugar increible por lo que muestra y su antiguedad. Jordania ademas tiene unas bella Mesquitas y un desierto increible. Pero Marcelo tiene razon, no promueben mucho el turismo.
Me gusto tu relato Marcelo en especial lo de coca cola jordana y otras cosas anecdóticas como el baño en la “sopa caliente”. No es un lugar q visitaría en todo caso, pero eres un aventurero
Increíble como una buena pluma puede transportar a un lugar.
Tremendo Marce!
Gracias Marcelo,
Con tu relato reviví algunos días fantásticos en Petra y otros en Jordania
El misterio de Petra y su llegada después del desfiladero son excepcionales
En el museo de Amán, están algunas esculturas de las mas antiguas de la humanidad
Las crónicas de viajes de Marcelo Sandoval son extraordinarias, no solo por los lugares sino lo genial del relato y el contendido. Es para sumergirse en los espacios y su historia .
Brillante
Conocí Petra y volvería, mil veces volvería a esa ciudad encantada, misteriosa, escondida de la mirada, silenciosa, con murallas de colores naturales del desierto y la arena y esperaría, en un rincón arrullado por la brisa esperaría, una tormenta de arena como en ese entonces viví, para que me transportara más al pasado, a vivir aunque fuera un instante con el pueblo
nabateo, que nos dejó de regalo, ese sueño maravilloso plantado en el desierto.
Bello comentario sobre la ciudad escondida, en la que al amanecer el sol muestra en todo su esplendor y belleza que nos deja sin palabras
¡Qué relato tan cautivador! Logras transportarnos a cada rincón de Petra y Jordania con tus palabras. Me fascina cómo describes la magia del lugar y los contrastes culturales. Sin duda, un sueño cumplido que inspira a cualquiera a seguir tus pasos. ¡Gracias por compartir esta experiencia tan rica!
No he tenido aún la oportunidad de conocer este país y su importante Petra, ciudad esculpida en las piedras. Lindo y entretenido relato que anima a visitarla. Muchas gracias!
Deuda pendiente para conocer estos lados del mundo y de la Antigüedad. Gracias por compartir la aventura y saber que a pesar de los conflictos se puede ir a conocer ésta y otras partes de la historia de la humanidad.
Que hermoso conocer Petra y Jordania contigo. Eres un excelente contador de historias
Las crónicas de Marcelo son tan cautivadoras que uno se transporta al lugar que nos describe, siempre con detalles impensados. Un viajero empedernido como nuestro colega tiene que seguir regalándonos sus vivencias. Gracias, Marcelo por compartir.
Marcelo! antes que todo felicitaciones por un sueño cumplido, que buenas son tus observaciones los nombre y a que se deben , el baño en el Mar, la cerveza, los gatos, la cantidad de escalones, la sensación térmica, los jóvenes y muchos detalles que me parecen encantadores. Eres genial. Gracias!
Felicitaciones a Marcelo Sandoval. Nuevamente nos sorprende con sus andanzas por el mundo, esta vez con Jordania, lugar con tanta historia. Una crónica de esa zona, emparentada con el cine, con anécdotas y valiosos antecedentes de una cultura de siglos. Gracias por el relato y las fotografías.