Texto: Jrisi Tefarikis,

Recomendaciones de una periodista chilena que hizo de Grecia su nuevo hogar.

Grecia tiene el actualidad un turismo bullante gracias a los cruceros por sus numerosas islas. Aunque la historia y la filosofía contienen a un público importante y elitista, hay que reconocer que las islas griegas son de gusto masivo y las más visitadas desde Chile son tres que están ubicadas en el Mar Egeo: Santorini (la predilecta), Mykonos (le gusta a los artistas y a la bohemia) y Rodas, la más bella y sofisticada de la zona. Sin embargo, si usted viene de paso a Grecia para continuar viaje a Estambul y el Medio Oriente y estará solo un par de días en Atenas, le recomiendo hacer un espléndido crucero por otras tres islas pertenecientes al Mar Sarónico, los que se realizan en un solo día y se navega a diario gran parte del año. Usted puede reservar personalmente o a través de su hotel, desde donde lo irán a buscar a las 7:30 am y lo conducirán a un barco de lujo muy bien equipado y con una excelente tripulación que estará pendiente de que su comodidad durante la travesía por estas otras tres maravillas: Hydra, Poros y Egina, tras cuyo recorrido marítimo lo dejarán en la puerta de su hotel. El tour vale 117 euros (noventa mil pesos chilenos) e incluye un estupendo almuerzo buffet donde usted puede repetir si lo desea. A bordo, puede sentarse en los salones, comedores o en las instalaciones que le permiten acariciar el panorama marino. La primera parada será en la isla de Hydra: blanquísima, pequeña, acogedora. No cuenta con movilización de ningún tipo excepto andar en burro, y la mayoría de la gente asciende a esta isla montañosa sin peligro porque el conductor del burro lleva parte de las bridas al lado de su cliente.

Entre las delicatessen gastronómicas de Hydra, hay una bebida que se hace con un jarabe de guindas ácidas llamado “bisino”, a base de unos frutos que escasean porque su temporada de cosecha es muy corta y se puede cultivar en pocos lugares de Grecia. Es un néctar de los dioses: no se lo pierdan. Y es que la comida en esa isla es excelente porque Hydra es sitio de veraneo de millonarios griegos, actores de cine de Hollywood como Angelina Jolie y Tom Hanks, entre otros. Después de 45 minutos en Hydra, se regresa a bordo para almorzar y el menú abunda en exquisitos pescados griegos, pudiéndose repetir las veces que desee, además de la deliciosa repostería griega.

Hydra.

El segundo destino es una preciosa isla llamada Poros. De mayor tamaño que Hydra, asoma más imponente, con más personalidad y nutrido comercio de souvenirs. Abundan los “comboloi” (los rosarios musulmanes que los griegos utilizan como pasamanos para no fumar y los cuelgan de adorno en sus casas porque dicen que traen buena suerte en el hogar). Si, los griegos son muy supersticiosos, por lo que siempre llevan consigo un “Mati” (esos ojos blancos y redondos con entornos azulados) ya sea a la vista o escondidos entre sus ropas. A los niños, desde su nacimiento, les ponen un “mati”, escondido en algún lugar. En la casa de un embajador griego en Santiago, me impresionó que para el día Nacional de Grecia, él recibía a sus invitados, junto a su esposa y bebé recién nacida, quien lucía un esplendoroso talismán en su impecable babero blanco.

Finalmente Egina, una isla grande que siempre compitió con Atenas. Incluso fue la primera capital, luego que la Helade conquistó su independencia del imperio Otomano en 1822. También aquí se acuñó la primera moneda. Y es una isla especial: está rodeada de áreas verdes, donde se cultiva el pistacho en grandes proporciones a nivel mundial y se exporta la mayor cantidad. Sus habitantes dicen que allí reina una atmósfera especial porque junto con el Cabo Sounion y el Partenón forman un gran triángulo. Por eso es un lugar que cobija y protege a los artistas. En Egina también está la Acrópolis más antigua de Grecia, construida un siglo antes que la de Atenas (siglo VI A.C.), la que también se conserva bastante impecable. En esta isla, el escritor más famoso de Grecia, Nikos Kazantzakis (muy conocido internacionalmente porque tres de sus libros han sido llevados al cine: “Cristo nuevamente crucificado”, film dirigido por Jules Dassin; “ La última tentación”, por Martín Scorsese y “ Zorba el Griego”, por Michael Cacoyiannis) tenía su casa de veraneo en Egina y su modesta casa está a la vista del público. Como Egina es una isla grande, uno puede comprar dos tours al bajarse del barco a 20 euros: uno panorámico de 45 minutos con guías multilingues que es muy interesante, y otro de una hora que profundiza en los temas históricos y culturales de la isla.

Al regresar al barco los turistas deben tomar asiento en un salón que se convierte en escenario. Se interpreta música griega y de otros lares (incluidos boleros). Unos jóvenes bailan danzas griegas con atuendos típicos y la fiesta continua con los turistas que cantan y bailan hasta arribar a puerto, desde donde se aprecia una bellísima postal del atardecer de la mítica Atenas….