Foto: La Puerta del Sol

 

Descubrir y conocer una cultura tan importante y antigua como TIWANAKU, es algo imperdible por el valor histórico y cultural de este sitio. Empecemos con este viaje hacia algunos de los misterios y maravillas de una cultura perdida en el tiempo, y tratemos de redescubrir un legado ancestral.

 

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: ERICH HOCHHÄUSER T.

 

Uno de los misterios de Tiwanaku que más intriga a los expertos es su datación. Según el Instituto de Arqueología de Bolivia, esta cultura tiene una edad de 1,580 años Antes de Cristo para su inicio, pero esta hipótesis ha sido muy criticada y existen diversas teorías al respecto. La investigación para llegar a esta supuesta edad fue realizada en los años 60, utilizando el carbono 14. Para tener un resultado correcto es importante hacer varias muestras del sedimento del sitio, cosa que no pudo ocurrir en este lugar, ya que, en aquella oportunidad, se hizo un solo pozo y se fue desarrollando el test únicamente en ese espacio. Al llegar a los 2 metros de profundidad, los arqueólogos se encontraron con agua subterránea, lo que impidió continuar con el análisis, dado que el carbono 14 actúa solo con material orgánico, y el agua descompuso este material, lo que paralizó el estudio. En ese momento, empezó una gran especulación sobre la edad de esta cultura, y las teorías empezaron a dispersarse. Lo interesante es que en las décadas de 1930 y 1940, un investigador Austriaco -el Ing. Arturo Posnanski- aseveraba que Tiwanaku tenía una edad de más de 12.000 años. Este experto observó algo inusual en la cara Este del templo principal de Tiwanaku, el imponente Kalasasaya.

 

 

 

 

Posnanski notó que el ingreso a este templo no estaba al centro, y que uno de los muros al costado izquierdo era más largo que el derecho, algo que lo sorprendió, ya que al parecer esta cultura construía todo con precisión matemática y una simetría exquisita. Entonces, ¿dónde estaba el error? Todo indicaba que dicho error no existía, ya que este templo fue construido así deliberadamente con el objetivo de medir y determinar los solsticios y el equinoccio. Entonces, Posnanski se paró detrás de este portal en el equinoccio de verano, en la madrugada, esperando la salida del sol para ver si ésta coincidía con dicho portal. Grande fue su sorpresa al ver que la salida del sol ya no coincidía con este ingreso al templo. En ese momento Posnanski, con sus grandes conocimientos, cayó en cuenta que el eje de la Tierra fue cambiando de posición en miles de años, realizó los cálculos pertinentes y llegó a la conclusión que hace 12.000 años, la salida del sol coincidía perfectamente con la posición de este portal. Es así que Posnanski dató Tiwanaku en esa impresionante antigüedad (más de 12.000 años). Pero aún hoy, esto se considera solo una teoría, lo que -a mi juicio- es muy interesante.

 

 

 

 

En Tiwanaku, contamos con 2 pirámides y 5 templos, cada cual más impresionante, y cada uno con un fin determinado. Aún no se conoce la función que cumplía este sitio arqueológico en el pasado, algunos piensan que era la capital de un gran imperio, pero muchos sostienen que era un lugar de culto y religión por las impresionantes piezas encontradas aquí. Uno de los descubrimientos más relevantes es el exquisito trabajo en piedra realizado por esta cultura. Sigue siendo un gran misterio cómo lograron trabajar la piedra con tanta perfección y detalle sin la tecnología con la que contamos hoy en día. En estas imágenes, vemos algunos de los cortes perfectos en piedras muy duras como es la Andesita y el Basalto. Solo nos queda admirar semejante trabajo, para muchos imposible de lograr con herramientas primitivas. Pero ahí están, testigos y prueba de una gran cultura que dominaba el arte en grandes bloques líticos.

 

 

Otro gran misterio de esta cultura milenaria radica en cómo transportaron estos grandes bloques líticos desde distancias de más de 50 Kilómetros, tomando en cuenta el peso (en muchos casos exceden las 120 toneladas). Hasta este momento, nadie puede explicar la forma en la que fueron traídos desde las canteras. Una teoría relata que se construyeron caminos de arcilla muy fina y que, al mojar esta superficie, se podían deslizar los bloques sobre ella, pero no se encontraron vestigios de estos caminos. Otra teoría menciona que Tiwanaku pudo ser un puerto a orillas del lago Titicaca, y que los bloques pudieron ser transportados en grandes balsas. Pero, según los expertos, este sistema tiene muchos inconvenientes, por lo que esta teoría es difícil de demostrar. La verdad es que este es aún uno de los grandes misterios que abraza Tiwanaku, así como sucede con muchas antiguas culturas, donde se trasladaban gigantescos bloques líticos a través de largas distancias.

 

 

Esto es apenas un fragmento de lo que encontramos en Tiwanaku. También están los impresionantes monolitos con figuras grabadas, donde todo indica que esta cultura transmitía mensajes que aún son desconocidos para nosotros. Los arqueólogos Freddy Arce, boliviano, y Bernardo Biados, argentino, llegaron a la conclusión de que en esta cultura inclusive contaban con una escritura como los jeroglíficos de Egipto. Además de estos monolitos, se encontraron varias cerámicas pertenecientes a esta milenaria cultura en otro sector del lago Titicaca, concretamente en la isla de Pariti. Del mismo modo, esta cerámica fue elaborada de forma exquisita y precisa, mostrándonos detalles de su cultura.

 

 

¿Y qué pasó con esta gran cultura? En la década de 1990, los arqueólogos Osvaldo Rivera, boliviano, y Alan Colata, estadounidense, hicieron un gran descubrimiento. Allá por el año 1100 D/C, en el Altiplano, se dio un gran cambio climático que desencadenó una sequía que duró alrededor de 80 años, lo que -según su teoría- produjo la caída y destrucción de Tiwanaku. Esta hipótesis se sustenta en el hecho de que Tiwanaku era una cultura básicamente agrícola, por lo que semejante sequía acabó con ese gran imperio. A esto se suma la erupción de varios volcanes y un posible gran tsunami, proveniente del lago Titicaca, ubicado muy cerca de este sitio, aproximadamente a 30 km, terminando con una de las culturas más relevantes de Sudamérica. Este es solo un fragmento de algunos de los misterios de la cultura Tiwanaku, un lugar imposible de perderse en una visita a Bolivia.

 

 

 

Más sobre esta experiencia, en mi libro recientemente publicado: TIWANAKU, los misterios de una cultura milenaria. Disponible en 3 idiomas (español, inglés y alemán) y en mi página web www.ehochhauser.com.

 

COMO LLEGAR

Tiwanaku se ubica a 72 km de la ciudad de La Paz. Es fácil llegar hasta allí tomando un taxi o un minibús desde la ciudad. Lo importante es contar siempre con un guía profesional de turismo que pueda explicarles todos los detalles de este importante sitio arqueológico.

 

DONDE COMER

Existen varios restaurantes pequeños y de muy buena calidad. Por lo general, las agencias de viaje planifican las visitas a estas ruinas como un tour de medio día. Yo recomiendo hacer una visita de día completo para poder disfrutar cada detalle, incluyendo la visita a los dos museos del sitio. En este caso, es pertinente disfrutar un buen almuerzo. Como referencia, les comparto el nombre de un par de restaurantes: Cabaña del Puma y Pachamama.

Share This