Imposible escribir sobre Venecia en un solo reportaje. ¿Cómo elijo las mejores fotos cuando todo tiene historia? Esta vez quisiera mostrar una nota gráfica sobre cómo fue nuestro recorrido desde que desembarcamos en Ravenna tras siete días en alta mar (yo traspuesta ahora en tierra, al ver tal cantidad de prensa escrita al alcance de la mano) y al fin dirigirnos en tren hacia Venecia.

 

 

Bajarnos en la estación Santa Lucía, donde el tren procedente de Ravenna se detiene, fue como si se nos abriera un telón con la magnificencia del Gran Canal, el bullicio de los vaporettos  y las góndolas cruzando frente a uno. Yo me hubiera quedado, contemplando hipnotizada esa maravilla de ciudad flotante, sin moverme un milímetro de ahí.

 

 

Sin embargo, nuestro norte era llegar al hotel «Casa Nova», por lo que a partir de entonces nos adentramos en un laberinto de canales, puentes y callecitas, en que uno se sentía como transportado a través del tiempo. No importaba la multitud de turistas alrededor. Todo era en medio de una atmósfera misteriosa. Hasta que llegamos a este diminuto y precioso alojamiento, ubicado a dos cuadras de la impactante Plaza San Marcos.

 

 

Orientarme me fue un poco complicado en un comienzo porque cada paso que dábamos era sentirse entrando a un mundo de otro siglo. Pero ésa era parte de la magia de Venecia: perderse en el laberinto de callecitas para luego encontrarse con una iglesia, una pequeña plaza o un rincón tranquilo. Sin embargo, la ciudad fue cambiando a medida que nos acercábamos a la Plaza San Marcos con calles que se abrían hacia canales más anchos. Hasta que, de repente, todo cobró sentido. Tras ver frente a uno al majestuoso Palacio Ducal, a la impresionante Basílica de San Marcos y el campanario que se alza hacia el cielo, solo nos quedó dar mil veces gracias a Dios.

 

 

Para que tengan una idea de la calidez del lugar y su entorno, les muestro mi habitación en el hotel «Casa Nova». Entrar allí fue como percibir la esencia misma de la historia, con Venecia convertida mucho más que un simple destino. Era, para mi, un viaje por la historia y la cultura de una de las ciudades más singulares del mundo.

 

 

Promesa… El casco antiguo de Venecia con el famoso Palacio Ducal y la Basílica de San Marcos, vistos por dentro, quedarán para capítulos aparte. En este primer día, para escribir, yo ya sentía muy apretado el corazón…