TEXTO Y FOTOGRAFIAS: Gonzalo Redondo

 

A poco más de 700 kilometros de Istanbul, hacia el sudeste, se encuentra la ciudad de Cappadocia. Error número uno. Cappadocia no es una ciudad y tampoco un pueblo. Se trata de una región con varias ciudades en ella. Una de estas ciudades se llama Nevsehir y otra de ellas tiene como nombre Goreme. Las mas emblematicas. Y así, en ausencia de conocimiento de mi parte, tomamos un vuelo de Türkish Airlines desde Istanbul a Nevsehir con un tiempo de vuelo escasamente superior a 60 minutos y en mi mente llegamos a Cappadocia. Mi esposa aterrizó en Nevsehir y yo en Cappadocia. Absolutamente fantástico. Nuestra reserva de vuelo indicaba correctamente Nevsehir, y Cappadocia no aparecía por ningún lado. Sin embargo, yo estaba abordando un vuelo con mi esposa desde Istanbul a Cappadocia y seguramente el aeropuerto se llamaba Nevsehir y ¿por qué no? Tal vez se llama Nevsehir International Airport en la ciudad de Cappadocia.

 

 

CUATRO MESES ANTES…

 

Cuatro meses antes y desde casa, estábamos preparando nuestro viaje a Cappadocia. Mi esposa coordinaba todo con una operadora de viajes en Istanbul que se comunicaba con ella, vía email en español perfecto, y luego en algunas conversaciones telefónicas que también se desarrollaron en un perfecto español. Una comunicación muy cómoda, muy completa en cuanto a contenidos y actividades a seleccionar y desarrollar. Nuestro hotel fue reservado por nosotros en la ciudad de Goreme, región de Cappadocia, debido a actividades estratégicas a desarrollar en Goreme o próximas a Goreme. Sin embargo, en mi mente y prestando poca atención a las decisiones que mi esposa correctamente tomaba consultando mi opinión, nuestro hotel estaba naturalmente en Cappadocia.

 

 

La distancia entre el aeropuerto de Nevsehir, en su respectiva ciudad de mismo nombre, y la ciudad de Goreme es aproximadamente 50 kilometros, una distancia casi idéntica a la que se debe recorrer entre Rancagua y San Fernando en Chile. Por este motivo, cuando el vehículo se desplazaba desde el aeropuerto (localizado en la ciudad de Nevsehir) a nuestro hotel, localizado en la ciudad de Goreme -recorriendo por una ruta impecablemente pavimentada de una pista en cada sentido con absolutamente nada o muy poca vida humana y animal en un hermoso valle seco de montanas y piedrecillas absolutamente infinito a la vista- comencé a dudar si esto era parte de la experiencia de viaje por los barrios en la ciudad de Cappadocia o, tal vez, nos raptaban hacia un lugar que no aparece en los mapas y que debía estar escondido entre las montañas que observábamos desde el automóvil. Tampoco era un automóvil. Se trataba de una súper van Mercedes Benz negra para 18 pasajeros, toda forrada en cuero beige con costuras premium en las butacas que no son asientos. Nosotros eramos los dos únicos pasajeros en esa van. Casi el guión de una película de género de suspenso. Mi esposa estaba feliz y es que ella es genéticamente feliz, y me comentaba lo hermoso y despoblado que todo se veía. Era difícil encontrar vida humana en Cappadocia. Yo estaba alerta. Mi vista era superior a la de un leopardo con apetito y me sentia capaz de leer avisos de ruta a 80 kilometros de distancia. Y naturalmente, yo buscaba el que debía decir “Bienvenido a Hotel Goreme. Doble a la derecha en 200 metros”. ¿Como es posible que el aeropuerto esté a tanta distancia del hotel?, pensaba yo. El conductor no hablaba inglés, recibía llamadas telefónicas y todo era en turco. ¿De qué habla y con quien habla? Tal vez lo llamaba la mamá para preguntarle a qué hora llegaría a almorzar, o posiblemente era su hijo para comentarle que necesita cambiar con urgencia el Iphone 14 por el 16. Pero mi mente pensaba cualquier otra cosa. ¿Por que mi mente es asi ?????  No se me notaba porque desarrollé la habilidad de estar aterrado y que no se me note, pero yo estaba en modo de sobrevivencia.

Y así estaba yo, como viviendo simultáneamente dos vidas paralelas. Una de ellas dialogaba con mi esposa sobre lo hermoso que era todo en el camino, y la otra estaba concentrada en identificar opciones de salida con sobrevivencia y calcular probabilidades de éxito. Pensamientos para nada agradables en vacaciones, en un lugar tan hermoso y con gente local tan amable, tan servicial. ¡Que importante es la buena comunicación! Un idioma común, aunque no sea el propio.

 

 

Cuando analizaba el plan de escape numero 48, reconecté con nuestras vacaciones cuando observé al conductor levantar su mano derecha y apuntar hacia una locación a corta distancia -exclamando algo que jamás entendí- y el vehículo comenzó a descender su velocidad. Se sale del camino e ingresa a un sector residencial que es la ciudad de Goreme. Les comparto algo más: que bueno que yo tomé la decisión de viajar de día y muy temprano hasta este lugar desde Istanbul. Porque si esta historia que comparto a ustedes sucede de noche, creo yo habría quedado congelado del pánico en una ruta de 50 kilometros.

 

 

Pero era de día y entramos a Goreme. Qué maravilla. Restaurants, bares, tiendas locales hermosas y hoteles de primer nivel in the middle of nowhere para un desinformado como yo. Y así comienza una aventura absolutamente fantástica en la region de Cappadocia o como debe ser, Kapadokya en Turkiye. Cuando visiten Cappadocia, comprenderán que todo sucede en un árido valle de montañas con sus impresionantes formas y naturalmente en sus ciudades. Uno debe desplazarse de ciudad en ciudad para conocer muy diferentes aspectos en esta región. Algunos de ellos son históricos y otros son propios de la vida local y los talentos que aquí viven.

 

 

Como expliqué, hicimos reserva en un hotel de la ciudad de Goreme. Esta ciudad es algo increible. Se trata de una combinacion de calles, a nivel cero o plano, donde hay comercio, restaurants, etc y luego formaciones de roca -una junto a la otra- en niveles superiores al plano cero, con calles que interconectan estas formaciones de roca con las calles principales en el nivel cero. Son formaciones de roca que no son cerros y tampoco montañas y lo suficientemente grandes para que en cada formación se haya construido en su interior 1, 2 y hasta 3 boutique hotels con maravillosas terrazas, desde las cuales se aprecia Goreme de día, de noche y a las 7.00 de la mañana cuando viajan muchísimos globos sobre ella. Los hot air balloons vienen más adelante.

 

 

Lo vimos en fotografías desde casa al momento de reservar nuestrro hotel. Pero algo muy diferente es estar ahí y observar cómo estos boutiques hotels estan construidos literalmente en el interior de las formaciones de roca. Nuestra habitación era maravillosa, un espacio grande junto a otro espacio con sofá, muebles y televisión, distintos niveles de piso en la misma habitación, baño y grifería con detalles premium. Y toda esta habitacion, en el interior de la roca gigante, que alberga al resto de las habitaciones. Es como un panal de abejas y el acceso a las diferentes habitaciones es siempre desde el exterior. Una locura de experiencia.

 

 

Más locura fue hacerle caso a mi  esposa cuando ella me dice que deseaba visitar una tienda de alfombras en Goreme. Partimos hacia la tienda, caminando y descendiendo desde las rocas, hasta llegar al plano de la ciudad. A pocos metros, aparece la tienda. Mi esposa la había estudiado antes del viaje. Yo no. Entramos por una pequena entrada y, del otro lado de la puerta de acceso, dos personas no podían caminar una junto a la otra. Todo estaba repleto de alfombras, miles de alfombras de diversos tamaños y colores. Nos fuimos en fila india, siguiendo la única ruta al interior de la tienda. El camino sale de una habitacion y entra a una segunda con millones del alfombras. Y así entramos a una tercera habitación, aún más grande, donde ya uno podía hacer gimnasia entre y sobre las alfombras, de ser necesario. Repentinamente desperté de esta fantasía de alfombras y comencé a pensar que estábamos perdidos en un laberinto de habitaciones y alfombras, y que no conocíamos a nadie para pedir ayuda. ¡Nos van a sacar enrollados en alfombras !!!!! Las alfombras eran el mejor bloqueo acústico que jamás he experimentado. Yo le pedía, por favor, a mi esposa que me hablara más fuerte porque no le entendía nada y ella estaba junto a mí y estábamos solos !!!!!!. Es como si las alfombras succionaran la onda de sonido. ¿Quién podría oir mis gritos de auxilio???? Naturalmentre nadie. ¿Por qué teníamos que estar en un laberinto perdido de alfombras, sin más personas visitantes como nosotros, como para contarnos historias en inglés y bajar el stress, el mío al menos??? Y en eso estamos (o estoy, debo aclarar) cuando aparece el dueño del showroom de alfombras por una puerta secreta entre las alfombras de un muro. Nos habla en inglés, nos da una bienvenida, nos ofrece café, té y comenzamos a hablar de su exitosa empresa familiar fabricantes de alfombras, de la vida, de su familia, de los que están y ya no están. Y empezaron las selfies con las alfombras con mi esposa y el owner de todo este imperio de alfombras con puntos de venta por todo Turkiye, siendo Goreme el más importante. Y tal como entramos al laberinto, salimos de él. Y afuera continuamos en plena vereda, conversando acerca de la vida por casi 30 minutos más. No comprendo si fui parte de una o más vidas pasadas, y si tuve que tomar acción para sobrevivir en condiciones muy ásperas. Pero mi mente es así. No lo disfruto y cuando reviso lo que experimentamos en el laberinto, lo bien que la pasamos  y cómo conversamos los tres después de salir, me siento atendiendo clases en la Universidad de la Vida.

Nos fuimos a cenar comida típica y de ahí a dormir a nuestra habitación, ya que debíamos salir a las 4.30 de la mañana para dirigirnos al levantamiento de los hot air balloons.

 

 

Mi esposa y yo volamos en globo en Napa Valley hace varios años y es una experiencia increíble hasta que uno aterriza. La canasta golpea con el suelo a cierta velocidad no menor y, si no te agarras con ganas de esa canasta, sales eyectado de la misma. Y si no sales eyectado porque te agarraste super bien, te caen 20 personas encima que se agarraron igual de bien que tú.

Con esta experiencia previa, decidimos levantarnos súper temprano para observar los globos desde tierra, sacar muchísimas fotografías espectaculares y apreciarlo desde otro ángulo. Ver estos globos gigantes que podrían ser cerca de un centenar. Levantarse y comenzar a viajar por el valle de Cappadocia es absolutamente solemne. Viajan por aproximadamente 90 minutos y se desplazan hacia Goreme y pasan por encima rumbo a otra ciudad donde harán su landing. Hay personas que llegan hasta miradores en trajes de fiesta en automóviles americanos arrendados, de los anos ´50, descapotables, muy bien mantenidos, para lograr la foto de sus vidas. Todo esto a las 7:00 de la manana. Absolutamente sorprendente.

 

 

Pero esto no es nada. Asi decía un compañero mío de colegio. Esto no es naaaaaadaaaaaaaaa. Lo que venía después de los hot air balloons era mi primer viaje a la luna sin salir de la Tierra. Nos fuimos a Ozkonak.

Ozkonak es una de varias ciudades subterráneas en Turkiye. Cuando mi esposa me explicó esto en casa antes del viaje, yo respondí que la idea me parecia fantástica. Me imaginé entrar a una caverna muy linda, grande y con escasa luz, a la cual se le llamaba ciudad subterránea por motivos turísticos y con venta de limonada al momento de salir de la caverna.

Y aquí comienza nuestro viaje a la luna. Nos trasladamos en auto unos 40 kilometros a otra área de Cappadocia, donde se localiza Ozkonak. Esta ciudad subterránea es una de varias, como expliqué, y fueron utilizadas por grupos cristianos para esconderse y salvar con vida de los romanos que les perseguían. Y antes de estos dos grupos en conflicto, fueron los persas persiguiendo a otros que, en este momento no recuerdo. Quedémonos con los cristianos y los romanos en Ozkonak. Entonces llegamos a esta área, donde descansaba esta ciudad subterránea. Había una colina. La colina estaba totalmente acordonada en su seccion frontal, donde estaba el ingreso a la ciudad subterránea. El ingreso era a través de una puerta y podía ser perfectamente la puerta de una casa. Esta puerta estaba en la pared frontal de la colina por donde entraba o salía solamente una persona. Atravesamos ese ingreso y, como en las películas, entramos a una dimensión desconocida. Ante nosotros se abrió un espacio enorme en el interior de la colina (absolutamente invisible desde el exterior) y en ese espacio enorme se mantenían a los animales escondidos y se les alimentaba. Se trataba de animales de trabajo que debían ser alimentados, y animales que servirían de alimento a las miles de perosnas escondidas bajo suelo y bajo la montaña. En una sola esquina de ese gran espacio interior, había un acceso en el muro también para una sola persona y ahí comenzaba el descenso hacia otros niveles de superficie semejantes, enormes. Bajamos 4 niveles de aproximadamente 8 o 10 construidos. Había niveles utilizados como cocina y bodega de alimentos para toda la poblacion escondida; otro nivel que era para habitaciones; otro que era para entretener a los menores de edad y permitirles atender clases, etc. Y finalmente, el nivel por el cual luego podría salir una persona para confirmar si el peligro seguía presente o había ya cesado, y reabrir la ciudad, moviendo sus rocas que bloqueaban la única entrada y salida.

Absolutamente sorprendente. Todo esto fue posible de construir porque la montaña no es de roca maciza. Se trata de una roca blanda que con herramientas se puede romper y cavar el terreno. En el exterior no se puede ver nada. Todo es árido. Y en el interior, miles de personas durante meses sobrevivian de la persecución.

 

 

Al salir de la montaña no eramos los mismos que entramos en ella. Quedamos bastante desafiados con el plan y capacidad de sobrevivencia de estas miles de personas en condiciones de guerra extremas. Nos montamos al vehículo que nos transportaba y continuamos viajando de ciudad en ciudad, fotografiando sus bellezas. El conductor nos sugiere realizar una parada técnica en un negocio de artesanía local con muy buenos trabajos. Nos explica que no es una parada técnica para comprar, sino para conocer. Estaba agotado y yo naturalmente lo creí perfectamente posible. Nos detenemos en este lugar que se puede describir como una casa en la mitad de la nada misma. Una casa sencilla y en su interior algunos trabajos en barro bastante bonitos. Hermosos colores, tintas preparadas por ellos, dibujos lindísimos sobre todos los artefactos de barro cocido en sus hornos. Ya me giraba en 180 grados para encontrar la puerta por la cual ingresamos, cuando sorpresivamente escuché con enorme claridad un grito de bienvenida: Weeeeelcooooooome, Weeeeeeelcoooooome. Era una persona -que por acto de magia de Las Vegas- salió de una puerta secreta en el muro de la habitación de la casa y nos invita a conocer el showroom de todos los trabajos que sus artesanos realizan. De esta forma ingresamos a otro laberinto de habitaciones enormes que servían de bodega-sala de venta para miles de trabajos. Literal. Miles. Y de una habitación caminábamos hacia otra. Pasamos por seis más nuevamente bajo nivel de superficie. Nos ofrecían café con enorme amabilidad, mientras intentaban que compráramos el 50% del showroom. El esfuerzo orientado a la venta es para escribir un manual de buenas prácticas en esta importante disciplina comercial. Yo casi compré un plato, pero era un plato bien grande. Mi esposa me miró y la mirada decía claramente: “¡Deja el plato donde estaba y que no se te caiga!!!” Dejé el plato justo donde lo tomé con ambas manos.

 

 

Logramos salir de este hermoso showroom subterráneo que, en forma natural, mantenía la temperatura a 20º celcius, siendo casi 30 en el exterior. Esa es la razon por la cual hay bastante vida bajo superficie. Para nosotros, sorprendente.

Con historias mas, pero no con historias menos, retornamos al final del día rumbo al Nevsehir International Aiport. Todo fue intenso y fascinante. Nos fuimos de regreso a Istanbul, llegando finalmente a casa con felicidad enorme.

 

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