«No soy piloto de avion, pero durante casi 11 horas me imaginé que era uno con 60 mil horas de vuelo».

 

TEXTO Y FOTOGRAFIAS: Gonzalo Redondo

 

Mientras el 95% de los pasajeros veían películas despiertos o medio dormidos, un 4% dormía. Yo era parte del 1% que piloteaba el avión. Venía muy pendiente de la ruta y parámetros de vuelo desde mi asiento y su sistema de flight entertainment absolutamente espectacular del Boeing 777 Dreamliner de Turkish Airlines. Efectivamente, mucha descripción, pero realmente esta aerolínea es fantástica. Estoy observando en la pantalla a través de una cámara localizada en el belly del avión como el 777 desciende y atraviesa las nubes, y luego estamos volando sobre el Mar Negro, haciendo una aproximación en línea recta de casi 20 minutos hasta ver tierra.

 

 

Agradable sensación de ver tierra como si yo fuese Colón en el Turkish Airlines y el avión continua en línea recta hasta aterrizar a casi 40 kilómetros de distancia de Istanbul. Y así es como llegamos finalmente a 40 kilómetros de Bizancio, como también es haber aterrizado a 40 kilómetros de Constantinopla o dejar las cosas como están en tiempo presente con Istanbul en la Republica de Turkiye, nombre oficial desde 2021 y anunciado a través de Naciones Unidas.

 

 

No viajamos con mi esposa para analizar este aeropuerto, escribir sobre el y darle ratings en Trip Advisor. Sin embargo, es un aeropuerto sorprendente.  Localizado a la distancia que ya he mencionado tres veces en mi redaccion y es gigante, pareciera que todo el aeropuerto es de Turkish Airlines porque la enorme cantidad de aviones que se ven en los gates, despegando y aterrizando, son prácticamente todos de Turkish. Además, todas las imágenes visuales en branding aeronáutico son también de Turkish y es definitivamente un enorme hub que conecta el mundo de Occidente con Oriente y el Norte con el Sur. Créanme, por favor, el aeropuerto es desproporcionadamente grande. Tal vez son tres o cuatro aeropuertos en uno y en sus interiores, un diseño moderno y elegante con tiendas luxury brands, en las cuales para ingresar hay que hacerlo con appointment, casi con la misma rigurosidad con la cual se hace el check in para viajar.

 

 

Suficiente del aeropuerto. Debemos encontrarnos con un servicio de transporte privado que nos llevará a nuestro hotel en la ciudad, a pocas cuadras del Bósforo. Nuestra felicidad es enorme, todo es hermoso, todo es perfecto y aún no salimos del aeropuerto. Caminamos por el aeropuerto, buscando nuestra salida hacia el mundo exterior hasta donde ya no se puede caminar más. Nos detenemos a 10 metros de una de las tantas puertas de ingreso/salida del aeropuerto y como realmente no sabemos si es la puerta correcta, le pido a Judith que me espere con las maletas mientras yo avanzo 10 metros, cruzo esos ventanales eléctricos para preguntarle a un guardia en el área exterior si estábamos en la salida correcta para nuestro vehículo. Saludo con una enorme amabilidad, con un inglés británico similar al de Harry Potter, sonrío al finalizar mi pregunta y observo el rostro del guardia como se desfigura ante mi presencia e idioma. Me responde algo que no duró mas de 4 segundos en turco y sin ninguna conexión fonética con mi inglés y español. Como no había manera de comunicarnos -y hasta me dijo ya molesto “no English”- opté por devolverme para reunirme nuevamente con Judith y, al intentar cruzar los ventanales eléctricos en sentido opuesto hacia el interior del aeropuerto, el guardia muy molesto me grita en turco y detiene mi movimiento. Yo, en inglés, le explico que debo entrar a buscar a mi esposa que está ahí mismo esperándome, e intento entrar nuevamente. Yo me comunicaba con él y sonreía como si yo estuviese abriendo mi primer regalo de Navidad del 2024. Me vuelve a detener aún más molesto. Saca su walkie talkie y pide ayuda. Yo no hablo turco, pero sé que pido muchísima ayuda y yo, que tengo una imaginación muy infantil, me imaginé detenido por disturbios en el aeropuerto a menos de 2 horas de haber llegado a este lugar del planeta absolutamente milenario y de imperios. Yo ya no tenía tiempo. Seguramente ya venían en camino las fuerzas especiales del aeropuerto que no hablan inglés y le movía las manos a Judith para que saliera sola con las maletas y muy rápido. Ella que observaba mi primera interacción con el mundo exterior de Turkiye, salió a mi encuentro, le tomé la mano, agarré las maletas y nos fuimos de ahí con enorme velocidad para no volver. Ya estábamos afuera y había que moverse en técnica zigzag para despistar a las fuerzas especiales que debían ya estar muy cerca. Yo miraba como nuestra ruta de escape estaba llena de cámaras e imaginaba como nos seguían en los videos remotamente. Hasta que Judith me dijo: «Ya basta !!!!!!». Este es el lugar donde nos recogen. Lo reconozco por una foto del whatsapp !!!!! Y yo me detuve como «1,2,3 momia es» y me medio tranquilicé.

 

 

LLega el vehículo, el conductor habla 6 palabras en inglés, pero es un transporte ya coordinado desde casa, así es que él sabe a qué hotel nos dirigimos. Y así comenzamos un viaje de aproximadamente 45 minutos hasta el Bósforo por carreteras increíbles de 4-6 pistas en cada sentido.

 

 

Lentamente comienza a nacer el skyline de Istanbul y gradualmente las carreteras toman otros sentidos hacia otras ciudades de la Republica y nuestro vehículo se lanza de piquero hacia la ciudad junto al Bósforo por calles en bajada que se hacen cada vez mas angostas y con enorme tráfico vehicular y de personas. Istanbul es una ciudad maravillosa. Quedamos sorprendidos por muchisimas, muchisimas razones. Es una ciudad muy segura, absolutamente caminable, sin temor a nada mientras la energía para caminar esté presente. La caminamos de día y noche, en compañía de desconocidos y solos también por calles principales y secundarias de la ciudad milenaria y multi imperial.

 

 

¿Cansancio? Nos montamos al metro train que recorre la ciudad. Súper económico y ordenado. Logré entender por qué las telenovelas turcas son tan atractivas más allá de las historias que son siempre las mismas y son recetas emocionales ultra probadas con éxito una y otra vez. Las telenovelas turcas son un éxito porque mas allá de sus historias, muestran los estilos de vida muy interesantes de Istanbul, con personas imperfectamente muy atractivas en exceso, muchas locaciones exteriores bellas en la ciudad y que no todas giran necesariamente en torno al Bósforo y la forma elegante de vida en los espacios residenciales interiores.

 

 

El Bósforo es mágico. Un estrecho de aproximadamente 30 kilometros en longitud y que conecta el Mar Negro con el mar de Mármara con Istanbul entre ellos en el estrecho. Un estrecho absolutamente navegable por buques de carga, de paseo para turistas, luxury yachts, lanchas, veleros, valientes que se lanzan a nadar solos y en ambas riberas una composición de casas residenciales que califican como las de mayor número de mansiones en Europa, todas ellas hermosas con muelles para sus propias embarcaciones privadas, junto a muchos restaurantes, bares y hoteles premium, todos observando el estrecho junto al estrecho y, mirándose unos a otros de una ribera a la opuesta casi compitiendo por el primer lugar. Definitivamente es una competencia de casi 30 kilómetros.

 

 

Gastronómicamente todo es una exhibición. Desde muchos restaurantes sencillos de la calle con comida típica deliciosa y económica, hasta restaurantes en hoteles y naturalmente también fuera de hoteles junto a roof tops con propuestas bastante más sofisticadas y en sintonía visual con el Bósforo y tantos lugares históricos de Istanbul. Nuestro favorito fue el restaurant del hotel The Peninsula, junto al Bósforo y a dos cuadras de nuestro hotel. La comida mediterránea absolutamente fantástica, cenando de noche, velas encendidas junto al estrecho, observando embarcaciones ir y venir, y observando a otros llegando en yachts y casi saltando de la embarcación a las mesas para cenar en The Peninsula. Taxis náuticos muy elegantes.

 

 

Y así es también, lugares históricos de cientos de años y milenarios. Desde nuestra habitación observábamos la Torre de Gálata, construida en el siglo XIV. La Torre de la Doncella, localizada en una pequeña isla del Bósforo con su leyenda incluida, el distrito de Sultanahmet junto al Gran Bazaar, la Mezquita Azul y el Aya Sofya. La Cisterna Basílica, que literalmente bajo una Basílica se encuentra un espacio subterráneo de mas de 300 columnas romanas, en las cuales se almacenaba agua (hasta el día de hoy en menores proporciones) para abastecer a la población desde el siglo VI DC. El palacio de TopKapi es para visitarlo un dia completo. Con una vista privilegiada al Bósforo desde altura, es el palacio residencial de los sultanes del imperio Otomano y permite comprender cómo la vida de ellos, sus diversas esposas y todos aquellos permitidos de vivir ahí, transcurría.

 

 

De Istanbul viajamos a Kappadokia y eso será en otro contenido.

Sin embargo, el cierre de este contenido es con nuestro mayor agradecimiento por haber visitado por primera vez Turkiye y comprender la solidez de este paìs y como conecta con el respeto internacional desde diversos frentes, o tal vez todos, que se observa en los asuntos internacionales. Es una nación muy poderosa en historia y eso define un DNA de su población. Es una nación moderna que sabe convivir con su antigüedad de miles de años y con el privilegio de ser multi imperiales y, también su mundo rural que es atractivo y ordenado.

Al regresar a casa luego de nuestro viaje, reconecté con mi rutina del café muy temprano en las mañanas junto a las noticias de un mundo, no del todo completo, que observo en CNN en inglés. Y para nuestra grata sorpresa, comienza una campaña de marca país Turkiye en que todos los dias hay contenidos para promover el viajar a este país y muestran su enorme portafolio de destinos a visitar. Hay contenidos de breves minutos y programas especiales de treinta minutos y una hora. Todos los dias. Turkiye ha debido invertir muchísimo en su promoción turística en CNN, lo que permite observar que tan serios son para potenciar su país y estar convencidos que tienen mucho material para ser un muy sólido destino. Y lo es.