TEXTO Y FOTOGRAFIAS: María Eugenia Vargas

 

Cuando recibí la cariñosa solicitud de Carmen para escribir en Bendito Planeta, mi primera impresión fue pensar: “¡Pero, qué tengo yo que aportar a un grupo de personas amantes de los viajes y que seguramente han visitado esta hermosa ciudad en más de una ocasión!”…  Decido hacerlo desde la perspectiva de una viajera que va por primera vez, como es mi caso. Organizamos un viaje para tres personas -mi marido, mi hijo de 20 años y yo- por diez días en la Gran Manzana. Conocer Nueva York era un sueño de años. Habiendo conocido Europa, me faltaba poner el “pin” en el mapa de Estados Unidos y pensaba que esta ciudad era la mejor puerta de entrada. Y lo fue… Llegamos al aeropuerto de Newark, en New Jersey, a las 11 de la mañana y, al ser primavera, nos esperó un sol espectacular. En el viaje al hotel, que no es corto, me distraje ordenando mi mochila y, de repente, veo a mi marido indicando la ventana del transporte y veo, al fin, ese Skyline tantas veces visto en películas, videos y fotos. Pero, esta vez era real y ¡era mío!, pensé llena de emoción… Elegimos el hotel Sheraton Times Square, ubicado en la 7 avenida con la 52, lo que pensábamos era bien central. A dos cuadras de Central Park y en pleno distrito de Broadway, podíamos llegar caminando a todo lo que nos interesaba conocer.

 

 

EL primer día caminamos de manera intuitiva hacia los rascacielos emblemáticos que estaban cerca nuestro. Y como era Viernes Santo, tuvimos la oportunidad de ir a misa en la Catedral de San Patricio, otro sueño. La impecable arquitectura gótica encajonada y rodeada de construcciones modernas es un espectáculo en sí. La misa, preciosa, con un grupo coral maravilloso. El guardia en la entrada me preguntó: ¿“A qué viene usted?”. Y le respondí desde el fondo de mi corazón coral: “A escuchar su coro”. Fue un regalo de Dios.

 

 

Teníamos muchos datos de amigos sobre restaurantes, parques, avenidas, compras etc, por lo que decidimos dividir Manhattan en tres partes: el downton de manhattan, centro y finalmente el upper side. Conocer el Memorial del 11 de septiembre también fue un impacto. Teniendo en mis recuerdos ese día, no podía evitar sentir una solidaridad y compasión infinita. El Memorial rescata muy bien lo humano, hace hincapié en la pérdida y nos muestra papeles de esos escritorios, zapatos encontrados y muchas cosas que hacen que el espectador entienda de manera muy vívida la muerte de hermanos, padres, madres y amigos. Conmovedor…

 

 

Con tantos miradores en los rascacielos, decidimos subir a dos. Si nos quedaba tiempo trataríamos de subir a otro. Sin duda, mi preferido fue el Empire State. La experiencia de la visita completa fue preciosa. Como cinéfila, ver la presencia de King Kong fue graciosísima y pudimos disfrutar todo el paseo. En Broadway, elegimos el espectáculo MJ: The Musical, que nos fascinó. La acústica del teatro es impecable y el show emociona. Terminamos bailando, cantando y aplaudiendo sin parar. El público cantó cada hit y vibró con cada momento. ¡Y nosotros también!

 

 

Podría relatar cada rascacielo visitado, cada museo recorrido y cada parque que nos encandiló, pero sería un texto sin fin… Nueva York es una experiencia en su totalidad. Sus habitantes tienen un estilo particular, con mucha onda en vestuario, andar y expresividad. La ciudad tiene una vibra que alimenta el alma. Creo que, más que una ciudad cosmopolita estresada, es un lugar con energía. Salíamos todos los días con hambre de aventuras y nunca nos decepcionó. No lo olvidaremos y prometimos, frente al “Toro” de Arturo Di Modica en Wall Street, volver más de una vez. Volver…

 

 

Datos que pueden servir a un novato como nosotros… Elija un buen hotel, céntrico. No pierda tiempo viajando en Metro. Viva la ciudad, camine. La elección de dónde dormirá es importante para poder salir de noche sin contratiempos, caminar con tranquilidad. Visite los parques pequeños, no solamente está Central Park. Puede almorzar en Bryan Park, entre la 5 y 6 avenida, muy cerca de la Grand Central Station. Es precioso y con mesas para que llegue usted con su almuerzo, leer el diario y ser un habitante más en ese momento. Y a mi parecer el Metropolitan es el mejor museo. Grandes obras de artistas históricos lo hacen merecedor de todo su tiempo. Elija la temporada de primavera para disfrutar de un clima agradable y apreciar así todos esos árboles maravillosos en plena floración…

 

 

Nos despedimos de Nueva York saliendo por el aeropuerto La Guardia y traté hasta último segundo despedirme de esa vista para nosotros inolvidable.