Caminamos 6 kilómetros en la más absoluta oscuridad, con nuestro guía iluminando -solo con la luz de su celular- un trayecto de tierra dura, desigual y repleta de raíces salientes de los árboles de la selva, donde uno podría haberse caído de bruces.

 

 

Era la experiencia única de contemplar el amanecer en el Parque Nacional Tikal -el centro económico, político y militar de la civilización precolombina- donde está el Templo del Gran Jaguar (1246), la más famosa de las ruinas mayas y la más visitada en Guatemala. Ubicado en Petén, el más extenso de los 22 departamentos en que se divide este país, es la entidad subnacional más grande de Centroamérica, en lo que se denomina las tierras bajas de los mayas, donde su población disfrutó de la civilización más avanzada del continente.

Nuestro guía nos recogió a las 3:00 de la madrugada. El objetivo era llegar a las 4:00 a las puertas del Parque, y caminar hasta donde observaríamos el sol apareciendo tras los cerros, desde lo más alto de una pirámide. Ya en la cima, encontraríamos a un reducido número de turistas que nos habían antecedido, sentados en actitud de meditación y máximo silencio, tiempo que compartimos hasta que el día aclaró.

 

 

¿Vimos el sol al amanecer? Nooooo… Imposible prometerlo. A nosotros nos envolvió una bruma intensa. Pero, aquí el sol era lo de menos. Lo importante fue esa sensación casi religiosa de estar en el corazón de la cultura maya, accediendo a la selva por sobre la copa de los árboles mientras se nos acercaban algunos tipos de aves (se dice que hay más de 400 especies) y escuchando a lo lejos el sonido de los monos aulladores. No tengo sentido en qué momento bajamos, siguiendo a nuestro guía hacia acrópolis, pirámides, templos, terrazas, explanadas de juego, restos de casas y montículos en investigación. Por nombrarle solo algunos: la Plaza de los Siete Templos, del Mundo Perdido, el templo de las Máscaras, del Gran Sacerdote, de la Serpiente Bicéfala, de las Inscripciones y el complejo de las Pirámides Gemelas.

 

 

Una cultura que tuvo su gloria entre los años 400 AC y 900 DC, y sobre la cual no existe conocimiento exacto por qué desapareció. Hay distintas teorías, unas más lógica que otras. Lo concreto es que desde 1979 Tikal es Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad, con una metrópolis inmensa que llegó a tener una superficie de 120 kms y un área monumental mapeada de 16 kms cuadrados, donde residía la clase dirigente. Parte de una arquitectura colosal en tiempos que no existían herramientas de metal, ni poleas ni la rueda. Aproximadamente 1.500 años de ocupación que le dieron a los mayas un alto desarrollo cultural, artístico, arquitectónico, matemático y astronómico, que motiva la admiración y el interés internacional. Tanto que a nuestro regreso, nos encontraríamos con numerosos grupos de extranjeros, incluyendo personas minusválidas, que llegaban a la zona en transporte especial.

 

 

Estuvimos allá parte de toda una mañana, gentileza del Instituto de Turismo de Guatemala que nos abrió sus puertas. ¿Que hubiésemos querido permanecer un día extra? Sin lugar a dudas. Ya sintiendo nostalgia de volver en algún futuro, regresamos con el corazón repleto de agradecimiento al cielo por habernos permitido conocer esta maravilla mundial.

 

DATOS:
  • Si visita Tikal por primera vez, vístase por capas. Dese la posibilidad de ir sacándose en el camino todo tipo de ropa probable de usar. En nuestra ignorancia, la agente de viajes Andrea Lima partió de shorts y yo de poncho. Al final del día, nos reíamos porque en realidad todo pudo ser mucho más fácil.
  • Lleve consigo repelente de insectos. Previniendo, me puse “Off” antes de partir y jamás tuve un problema.
  • Siempre reserve. Nosotras alojamos en “La casona del lago”, un hotel con piscina (algo que se agradece por el calor imperante), ubicado frente a Isla de Flores, capital de Petén, que tiene una de las infraestructuras hoteleras más importantes del país. Así y todo, no hubiésemos podido quedarnos ni un solo día más, ya que en ese instante los alojamientos de la zona estaban completamente copados.

 

 

 

COMO LLEGAR
  • Vía Copa Airlines (copaair.com) desde Ciudad de Panamá, el Hub de las Américas de la aerolínea, que en un vuelo de dos horas aterriza en el aeropuerto “La Aurora” de Ciudad de Guatemala.
  • De la capital guatemalteca al aeropuerto “Mundo Maya” de Petén, vía TAG (Transportes Aéreos Guatemaltecos) www.tag.com.gt, en aviones más pequeños que aterrizan en el corazón de la cultura maya en solo una hora.