Las pirámides de México -junto a Giza (en Egipto) y el Coliseo (en Roma)- forman parte de las tres zonas arqueológicas que recibe la mayor cantidad de visitas turísticas del mundo. Sin embargo, ellas podrían estar hoy en peligro. La amenaza provino de constructores locales que pretenden levantar un tipo de parque de atracciones de entretenimientos en las afueras del famoso complejo.

 

 

De orígenes inciertos, las ruinas de este tesoro arqueológico mexicano – la Ciudad del Sol, el lugar donde los hombres se convierten en dioses y una de las mayores ciudades prehispánicas de Mesoamérica- están ubicadas solo a 50 kms al norte de la capital, solo a orillas del camino. Lo poco que se sabe es que la Ciudad de las Pirámides estuvo habitada desde el año 100 AC hasta el 659 DC. Y si bien está siendo investigada desde hace más de un siglo, hasta hoy solo un 5% de las ruinas ha sido excavada. Se desconoce con exactitud quienes fueron sus habitantes y por qué la abandonaron. Cuando los aztecas llegaron desde el norte al Valle de México en el siglo XIV, la bautizaron con su nombre actual, que significa “el lugar en el que fueron creados los dioses”. Y sus nombres –como la “Pirámide del Sol”, “Pirámide de la Luna” y la “Calzada de los Muertos”- son también atribuidos a los aztecas. En el extremo sur del predio, del cual fue excavada solo una parte, domina el Templo de la Serpiente Emplumada (Quetzalcoatl) y del Dios de la Lluvia (Tlalolc), decorado con 365 cabezas de estos dioses.

 

(Vista desde la cumbre de la Pirámide del Sol)

 

De las pirámides, la más grande es la del Sol, con 63 metros de altura y 238 escalones. Atraída por la creencia que las pirámides prehispánicas mexicanas son puntos energéticos, yo la subí. De hecho, en el equinoccio de la primavera, grupos creyentes esotéricos acuden a Teotihuacán a recargar energías. Su recuerdo protagónico lo dejó impreso Chadwick Boseman, nominado a Mejor Actor en la última ceremonia de entrega de los Oscar en una foto que él mismo publicó en Instagram. En en la cima de la Pirámide de la Luna, mi amiga periodista Paula Mobarec. Y en internet, numerosas imágenes de famosos que han inmortalizado aquí su presencia, como Jim Morrison, David Bowie y Gisele Bündchen entre tantos otros.

 

 

Al atardecer, las pirámides se cierran a público, aunque ningún turista saldrá de allí sin haber comprado en las pequeñas tiendas cercanas más de algún recuerdo entre sus artesanías, tejidos, vestidos y hasta manteles con figuras alusivas al lugar. No obstante, sobre las pirámides se teme peligro. La alarma surgió luego que el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) adscrito a la UNESCO, denunciara antes de la pandemia que máquinas bulldozers amenazaban con arrazar alrededor de 7 hectáreas en este sitio declarado en 1987 Patrimonio Mundial de la Humanidad. Organismos de gobierno emitieron instructivos de paralización de obras y sellaron el sector. No obstante, la constructora local violó los sellos y, cuando funcionarios policiales acudieron a supervisar, fueron amenazados con palos y piedras entre otros objetos contundentes. De aquí que desde abril del 2021, se encuentra en trámite en contra de la empresa constructora una denuncia penal por presunto delito de daño al patrimonio arqueológico. Desenlace que el mundo mira con expectación.