Nunca he sido fan de visitar parlamentos. Pero, éste quebró todos mis esquemas…
Desde la entrada, funcionarios canadienses lo reciben con una cordialidad que sorprende. Y esto es solo el comienzo. Primero, uno ingresa atravesando un pasillo de paredes cubiertas con tablas verticales llenas de pequeños orificios, donde al caminar lentamente usted irá descubriendo imágenes que fluyen sobre la historia de Canadá. Acucioso trabajo en este, uno de los sitios más icónicos de Québec, considerado un monumento a la gloria de mujeres y hombres que marcaron la historia de esta provincia canadiense y de la América francesa.
Usted pensará que esto es lo máximo. Sin embargo, no. Viene Le Spectre de Lumières: el túnel multicolor que conduce al edificio principal y que, segundo a segundo, cambia de tonalidades mientras usted avanza, queriendo llevarlo una experiencia de reflexión. Aún hoy, dos meses después de haber regresado a casa, me emociona recordar que estuve ahí, evocando junto a otros visitantes un período histórico que se considera rico en el desarrollo de Canada, bajo el concepto de un trabajo creado por el artista Jonathan Villeneuve.
Otro aporte fue la maquette de acrílico y aluminio. Una estructura transparente con el layout del Parlamento (2019) que lo cautivará. Mediante un sistema consistente en solo apretar un botón, usted podrá encender las luces principales del edificio y del sector que le interesa conocer más en detalle. La Guía al Visitante, que le facilitarán al ingresar al Parlamento, le ayudará a comprender tanto la historia de su diseñador -el dibujante y geógrafo Eugène-Étienne Taché- como el desarrollo urbano de la ciudad a través de los años.
El comedor Le Parlementaire, es otro aporte especial. Inaugurado en 1917, se inició como el Café du Parlement. Sus columnas, su cielo enclaustrado y su ornamentación son ejemplos del clásico estilo beaux arts de Quebec. Al ingresar, le impactará el vitraux confeccionado como bóveda y en cuyos cristales también está la historia de la ciudad. En su base, el antiguo escudo de armas de Quebec que distingue 3 períodos claves: las dos flores de lys, que representan el régimen francés (1534-1763); el león, del régimen británico (1763-1867) y su hoja maple; y los años que siguieron a la Confederación de Canadá. También en su base, la frase Je me souviens (Yo recuerdo), lema en homenaje a quienes marcaron la historia de esta provincia y que uno observará en todas partes, incluso en las patentes de los vehículos que circulan por Quebec.
… hasta llegar a las dos Cámaras: corazón de la democracia. El Salón Azul, sede de los debates que han tenido lugar desde 1886. Y el Salón Rojo (otrora Consejo Legislativo) que hasta 1968 era la casa superior del Parlamento, equivalente al Senado de Canadá. Quebec fue la última provincia en abolir el Salón Rojo y hoy la cámara del Consejo Legislativo se usa para deliberaciones de comités y ceremonias oficiales. Al fondo, un óleo de Charles Hout, que representa la primera sesión del Consejo Soberano de la Nueva Francia que tuvo lugar el 18 de septiembre de 1663.
Cuando usted cree que todo terminó, le será difícil no quedar fascinado ante esta Sala Multifuncional que proyecta, en pantallas gigantes, la vida de las distintas etnias de Canadá, su devenir y la importancia de su naturaleza a lo ancho de su territorio. Una iniciativa con la que Quebec aborda ante sus ciudadanos temas de acción social y derechos humanos.
Una monumental institución, ubicada en el Vieux Québec, el sector más atractivo de lo que yo he conocido hasta el momento de Canadá.
Diseño webpage: María Eugenia Vargas
HOOOOOOLA !!!
Muy interesante; lo conocí hace unos años y lo disfrute.
Gracias!!!
Lucía Gallo
Querida Carmen, te felicito por tu excelencia periodistica con tu despacho sobre el Parlamento Nacional de Quebec (o Assemble Nationale, como le dicen aca). He estado ahi muchas veces porque es como un libro vivo de historia, en especial la presentacion oral que hacian o todavia hacen sus guias. Presentastes preciosas fotografias, que hacen visitar el lugar vitualmente con exactitud. Aqui contentisima de haberte reservado tus entradas con anticipacion para que no te lo perdieras. Miles de gracias.
Inmensas gracias a ti, Aurora. Si no me hubieses reservado entradas, en un día que era incluso feriado en Quebec, me habría perdido esta maravilla y yo no me habría perdonado. Por lo que ésta es una recomendación válida para todo viajero: reservar tickets cuando a uno le interesa un espectáculo. Cómo agradecerte que tú hayas hecho lo mismo con el Show de luces de Notre Dame en Montreal un día por la noche. Yo todavía estoy sin palabras…
La mezcla perfecta, la incorporación de arquitectura y diseño contemporáneos en forma autónoma, junto a la conservación del edificio histórico existente.
Como siempre, un reportaje entretenido y novedoso. Gracias Carmen.
Estoy segura que tú habrías gozado intensamente, José Miguel.