Hoy convertida en un hotel boutique de lujo -cerca de las laderas del Cotopaxi, uno de los volcanes más activos de Sudamérica- Ciénega tiene a honor haber tenido entre sus residentes al barón Alexander von Humboldt, una de las mentes más brillantes en el campo de la ciencia. Una hacienda en la que el mes pasado se realizó una reunión de Neurociencias y Psiquiatría con destacados profesionales de Ecuador, Colombia y Argentina. En ella, un chileno: el profesor de psiquiatría, Dr. Fernando Lolas -integrante de la Academia Chilena de Medicina y de la Academia Chilena de la Lengua, además de profesor de Bioética en las Universidades de Chile y Central- quien expuso sobre la ética de los estudios clínicos. Aquí sus impresiones respecto a esta joya de 400 años de historia colonial. Un encuentro que finalizó escasos días antes que el Cotopaxi irrumpiera con emanaciones de humo y cenizas al sur de Quito.
TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: Fernando Lolas Stepke
La hostería de Ciénega es uno de los edificio más antiguos de Ecuador. Sus orígenes se remontan al siglo XVII como hogar de distinguidas familias de la época virreinal. Está enclavada en una espaciosa llanura frente al volcán Cotopaxi, una distancia de siete leguas de La Tacunga y a diez leguas de dicho volcán. La avenida de entrada es bella, llana y ancha… La construcción es soberbia, de piedras finísimas y argamasa, con espaciosos corredores y patios… Cada habitación tiene preciosísimos muebles y adornos.
Desde 1981 la hacienda es un hotel donde pueden realizarse gratas reuniones o simplemente descansar lejos del bullicio citadino. Aparte de su historia familiar, el lugar ha recibido huéspedes ilustres del campo de las ciencias. Cabe destacar la llegada a Quito de la expedición de tres académicos franceses el 29 de Mayo de 1736, con el fin de determinar la forma de la tierra y su magnitud. Aquí Carlos María de La Condamine, Pedro Bouguer y Luis Godín entablaron amistad con el Marqués de Maenza, propietario de La Ciénega, en donde se alojaron hacia 1742. Entonces también pudieron observar las erupciones del Cotopaxi.
En el año de 1802, La Ciénega tuvo otro huésped ilustre: el barón Alexander von Humboldt, conocido como el verdadero “descubridor científico de América”, famoso por sus escritos sobre geografía, botánica y etnología, además de conocer el Imperio Español y el ideario de la emancipación americana que se gestaba en esa época. En sus escritos dejó una vívida descripción de su ascenso a otro volcán famoso, el Chimborazo. Con motivo de su visita a La Ciénega, en compañía de Aimée Bonpland y Carlos Montufar, Humboldt escribe: “Se ve en proximidad estremecedora el colosal volcán Cotopaxi, los picos titánicos de los Ilinizas, el nevado Quilindaña. Es una de las vistas más majestuosas e importantes que me han ocurrido en ambos hemisferios”. Hoy existe una Suite Humboldt, la habitación que ocupó el científico, ambientada con muebles de la época y en cuya entrada puede verse un busto del ilustre visitante.
Para quienes gusten de la paz y quieran reflexionar sobre el pasado científico de América, este lugar de Ecuador guarda valiosa inspiración.
Que interesante comentario.
Lugares recónditos poco conocidos
Gracias
Soy chileno y desciendo de una familia ecuatopriana de apellido Garcia Moreno y Flores, uno de ellos fue incluso Presidente de Ecuador. Esa familia fue muy poderosa y tuvo muchas tierras en Ecuador. Tendra alguna relación este maravilloso lugar con la Familia Garcia Moreno ?? Muchas gracias,
Gracias por compartir tu comentario, Hugo. Le diremos a Fernando Lolas, quien está en México en estos momentos, que te conteste directamente. Al final, en este mundo todos estamos interconectados, por lo que todo es posible…
Una joya para conocer en ese bello pais.
Qué bien hace tener noticias del querido Ecuador
Me adhiero a los comentarios acerca de la belleza del país Ecuador, la gentileza de su gente, y sus lugares tan icónicos, únicos e interesantes como Galápagos, Cuenca y el mismo Quito.
Lamentablemente en mi estada en Quito nunca escuché de este lugar del que trata la crónica tan interesante de Bendito Planeta, como siempre excelente !!! Gracias !!!
Fernando Lolas, científico culto y erudito a quien conocí y traté hace como 30 años atrás. Recuerdo también a su madre, Berta, muy encantadora.
Qué bueno que personas de la talla intelectual y cultural del psiquiatra Fernando Lolas se adhieran a Bendito Planeta porque han recorrido mucho mundo y tienen mucho que aportar cómo está interesante crónica de Ecuador país del que se señala como imperdible por su geografía y arquitectura colonial.
Cuando leí la biografía de Humboldt («La Invención de la Geografía») , recuerdo que aparecían mencionados todos esos lugares. Excelente crónica.
Maravilloso! e interesantísimo!!! Amo leer todos tus reportajes…mil abrazos desde Croacia!
Un gran agradecimiento al Profesor Lolas por haber escrito esta nota sobre un soberbio lugar, con historia ligada a la ciencia, en donde nos reunimos psiquiatras ecuatorianos para intercambiar y aprender de nuestros colegas latinoamericanos
El profesor Lolas recoge magistralmente, en esta reseña, la historia de este lugar. Con sus palabras eruditas, nos conduce a reconocer la importancia de esta hacienda, que acogió a psiquiatras motivados por el conocimiento