Elaborado en tierras altas guatemaltecas, Zacapa ha sido estrella en diferentes competencias internacionales. Su versión Premium figuró como el primer ron en ser incluido en el International Rum Festival Hall ´s of Fame, y el Beverage Testing Intitute le atribuyó a este finísimo licor puntajes máximos, honor reconocido por 175 marcas de rones, de más de 40 destiladoras del planeta.

Todo comenzó, para mí, cuando desde Panamá una persona muy especial me encargó comprar en Santiago dos botellas de ron Zacapa Premium, tapa negra, para hacérselas llegar como regalo a dos queridos amigos suyos. Presentes que no pude adquirir porque sencillamente no había. En mi urgencia, recurrí hasta Corner Shop, delivery imposible que fallara. Resultado: en todo el comercio encontró una sola botella. Así las cosas, cambiamos regalo y Zacapa, para mí, pasó al olvido. Hasta que el mes pasado, en un sorpresivo viaje de seis días a Guatemala (país al que amé, que conocí de prisa y al que algún día volveré) no pude creer que en las empedradas callecitas de la colonial e histórica ciudad de Antigua me encontraría -nada menos- que con el Museo del Ron, casa de gran Zacapa.

Dentro del Museo, Edwin de Paz nos daría junto a la agente de viajes, Andrea Lima, una clase magistral con una inolvidable cata exclusiva. Para nosotras, en lo subjetivo, fue un licor de sabor tan suave y exquisito que jamás nos hizo sentir el más mínimo efecto secundario. En lo objetivo, Zacapa figuraba no solo como el primer ron en ser incluido en el International Rum Festival ´s Hall of Fame, sino que para quienes han tenido el privilegio de degustarlo, constituye el mejor ron del mundo.

Con una producción inusual… Tras elaborarse a partir de la miel virgen que se saca del primer prensado de la caña de azúcar (y no de la melaza, que es lo que utilizan la mayoría de los rones, según nos aseguró Edwin de Paz), es procesado a 2.300 metros para un añejamiento lento con el frío de las montañas en barricas de roble americano, donde previamente se añejaron Whisky Bourbon, Vino de Jerez y Pedro Ximenez. Todas dispuestas -bajo un sistema de soleras, en hileras una sobre otra- produciéndose un traspaso en cascada. El licor que está en las barricas más cercanas al suelo será el más añejo. «Por eso tan rico», sonreía Andrea, mientras apreciaba la experiencia por la que atravesábamos. Un cata que -saboreada en pequeños vasos con una apertura inferior a los 5 centímetros- nos permitió degustar rones de 23 soleras con cáscara de naranja, 23 soleras edición El Alma con almendras, 23 soleras Edición Negra con chocolate y ron Zacapa Centenario XO de 25 años con castaña de Caju, su producto Premium.

La sorpresa final la viviríamos en el aeropuerto, donde tomaríamos el vuelo de dos horas vía COPA Airlines, de Guatemala a Panamá. Al ingresar al terminal aéreo -también sin esperarlo- nos encontraríamos con el gran salón VIP Zacapa, sinónimo para nosotras de una despedida excepcional. Allí nos ofrecerían menú a la carta y -¡cómo no, si nos parecía tan bien!- una copa de su ron Premiun. Todo gentileza de un país que amé.