Aurora Loiselle, desde Manotick (Ottawa), en Canada:
“En este momento, en que reflexionamos como católicos, recuerdo el día en que me encontré con Giles Lagèse, padre de una familia francesa-canadiense, cuyos hijos iban al mismo colegio que los nuestros. Y al conversar sobre temas comunes -con esta familia extraordinariamente devota- él me dijo: “Despues de tantos años en que hemos dedicado tantas horas en nuestras parroquias, me he dado cuenta que la verdadera Iglesia esta afuera del edificio material”. Al rememorar esta conversación, reflexiono nuevamente sobre este tema, observando a los parisinos”.
Carola Zúñiga, periodista, desde París.
“La sensación de desolación al ver las llamas consumiendo la cúpula de la Catedral de Notre Dame es imborrable. Con ese fuego (que avanzaba rápido con el viento) ardían ocho siglos de historia universal. Imposible no imaginar que en su interior tuvieron lugar importantes eventos como la coronación de Napoleón, la Beatificación de Juana de Arco o la coronación de Enrique IV. Pena y sensación de pérdida irreparable inundó a la ciudad. Esa noche, la Torre Eiffel ni siquiera prendió las atractivas luces que atraen a miles de visitantes. Paris ha llorado una pérdida patrimonial importante».
María Eugenia Vargas, ex-alumna de la Alianza Francesa De Santiago.
“Muchos años atrás escuché a un arquitecto señalar: “La Catedral de Notre Dame fue construida antes de que Chile fuera Chile”. Y ese ejercicio de perspectiva temporal se me impregnó para siempre. Notre Dame inmensa, imponente y majestuosa -construida con la fuerza y habilidad de artesanos- estaba siendo sometida a la ferocidad del fuego. Sentí su fragilidad y mortalidad. Humilde hoy ella permanece en pie, nuestra dama resistente y resiliente. Queda para nosotros la lección de hacer nuestro propio ejercicio de perspectiva porque ignoramos nuestra propia fragilidad y nos perdemos en el hoy, sin darnos cuenta que construimos nuestra propia historia. Porque ¿de qué sirve un monumento si no es para sentirse reflejado en él y entender nuestra propia pequeñez?”.
En lo personal…
Tantas veces de niña escuché a mi papá decir que “París era la capital del mundo”. Entonces solo sabía que mi abuelo paterno -Huberto Schmitt Stourm- provenía de Alsacia y yo admiraba su foto con un uniforme lindo. Quizás por eso también me figuré que él había combatido en la Primera Guerra Mundial. Pero, no. El era bombero voluntario de Pompe France, la Quinta Compañía de Bomberos de Valparaíso, llegando a representar a Chile en 1922 como delegado de la Quinta Compañía en París. En su recuerdo, va este homenaje a los 500 bomberos de París, que en un descomunal tarea desplegada sin tregua, lograron finalmente apagar las llamas de Notre Dame.
Aquí en Atenas todos estamos golpeados por la noticia. Notre Dame era la Catedral de los cristianos Europeos sin tomar en cuenta la enorme hermandad y fraternidad greco francesa. Cientos de médicos, académicos, cientistas de ambos países viajan de este país al otro con mucha frecuencia.
Francia venera la Grecia Antigua y enseña en varias escuelas galas el Griego Antiguo, madre de las lenguas latinas y Grecia adora Francia, sobretodo París donde hay una gran e importante colonia Helena constituida por profesionales Helenos de alta envergadura quienes sinceramente la han adoptado como su propia patria.
El dolor es muy compartido.
Como no olvidar a Francia, la patria que recibió con brazos abiertos a la Familia Tefariki cuando tuvieron que huir de sus tierras, abandonar sus casa, abandonarlo todo para poder sobrevivir después del incendio provocado por los Turcos en Smyrna. Murieron 500.000 Griegos intentando escapar pero otros tantos llegaron a la amada Marseille en 1922.
Y vivieron en paz, con modestia y felices. Nunca más volvieron a sentir el terror infundido por los turcos en la» Catástrofe de Smirna», Septiembre de 1922.
Esa tierra les brindó ayuda, amor y afecto por lo que dos miembros de la familia, mis tías Zoe y la mayor, Stamatia, casadas con franceses vivieron en paz y armonía con los Franceses hasta el fin de sus días.
Una patria a la que me siento muy unida por razones familiares porque tengo una prima hermana en Orleans y toda su descendencia que espero conocer cuando Dios quiera.
De Maite Barros Buxton On Apr 18, 2019, at 7:41 PM, wrote:
Diez años atras…. Llego a Paris con una de mis hijas, en tren desde Barcelona… abro los ojos casi sin creer…. estoy aquí!!!! Extasiada, tomamos la barcaza que nos hace recorrer el Sena…. Rodeamos la isla donde está Nôtre Dame… Es tanta la alegria de estar ahí que imagino a Quasimodo asomándose desde el campanario…y hoy después de una década, ese campanario ya no está , y mueren ochocientos años de historia de una vez….La reconstruirán… pero no sera la misma… en su techumbre no estará el trabajo manual de los hombres que plasmaron hace casi mil años ya, esa obra de arte que muchos tuvimos el privilegio de admirar!!!.. y se siente un dolor profundo y extraño en el corazón….