Primero lo sentí. Después lo comprobé. Y es que Ottawa tiene mucho de realeza… Como la dignidad de su Parlamento neogótico, el estilo de sus edificios públicos, la sofisticación de sus hoteles y, para qué decir, su propia historia en que monarcas la eligieron para residir allí. Yo me sentía tan bien que lo pensé: “Es la ciudad que eligiría para vivir”. Pero, la reina Victoria, del Reino Unido, se anticipó. En 1857 la eligió como capital por ser un territorio neutral ante Toronto y Montreal, en vista de las competencias entre las comunidades de habla inglesa y francesa. Hito histórico al que se sumaría otro de perfil más humano. Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Canadá acogió en Ottawa a la exiliada familia real de Holanda (país que desde el 2020 pasó a llamarse Países Bajos). Incluso Canadá declaró parte del Hospital de Ottawa como “extraterritorial”, a fin de que al nacer la Princesa Margriet, no lo hiciera como ciudadana británica, a objeto de no perder la posibilidad de ascender al trono de su país. Al finalizar la guerra, y desde entonces cada año, la familia real neerlandesa envía miles de bulbos de tulipanes en señal de gratitud a Canadá, lo que ha hecho que se celebre el Festival de los Tulipanes, un evento internacional, en que estas flores se plantan en diversas áreas de la ciudad.

 

 

EL PARLAMENTO

Si usted tiene solo dos noches en Ottawa, como me sucedió a mi, no pierda la oportunidad de visitar uno de los principales atractivos de la capital: su sede legislativa, ubicada en la mitad de Centretown, a cuyo alrededor se encuentra gran parte de los edificios gubernamentales. Aunque el edificio central comenzó a remodelarse el 2019 (y estará cerrado durante diez años) todas las noches a las 21:30 hrs tiene lugar el Mosaika Parliament Hill Sound & Light Show, un evento fílmico de sonido y luz que durante 30 minutos proyecta en su fachada toda la historia de Canadá. Miles de espectadores, sentados o de pie, se congregan en sus jardines. Y una vez finalizado el acto, las personas se dispersan en total tranquilidad, convirtiendo al Parlamento en el lugar ideal para continuar, con ese mismo espíritu festivo, celebrando en otro lugar. Como visitar el vecino Chateau Laurier, un hotel tan familiarmente parecido al Chateau de Frontenac, en Quebec, que le sorprenderá. Y aunque ni yo me lo crea, alcancé a filmar justo el momento en que comenzaba a entonarse el himno nacional Oh, Canada, que a mi me emociona siempre.

 

 

 

THE NATIONAL GALLERY

En lo que es una estructura transparente, hecha de cristal y granito, la National Gallery of Art es uno de los principales museos de arte del continente americano. En sus pisos superiores exhibe expresiones del arte mundial, mientras en su primer nivel acentúa principalmente obras de arte indígena autóctono canadiense. Y fue allí donde tuve el privilegio de presenciar, en pleno espacio central, un desfile de moda indígena publicitado para ese jueves, día en que la entrada es gratuita. Aunque en su exterior lo que impresiona llegando es Maman, la monumental escultura en forma de araña, de la artista francesa-americana Louise Bourgeois -realizada en bronce, acero, mármol, de 22 toneladas de peso y de 10 metros de altura-  que la artista nombró en homenaje a su madre como símbolo protector y nutritivo de la fertilidad (aunque a escala terrorífica, también provoca sensaciones de curiosidad y miedo). Una obra que forma parte de colecciones permanentes y que se ha exhibido en diferentes museos del mundo.

 

 

SUS MUSEOS

Un consejo previo… Para maximizar su estadía, súbase al bus de turismo Lady Dive -una experiencia de tierra y agua- que lo orientará en una panorámica completa por la capital y le permitirá bajarse en cualquier punto que usted desee. Como por ejemplo, darse el tiempo que usted necesite para visitar el Canadian Museum of Nature, la propia National Gallery, el Museum of History, el War Museum, el Canadian Heritage, el vecindario de ByWard Market (uno de los más antiguos mercados de Canadá y centro de la vida nocturna)  además de numerosos otros lugares que podrían quedar lejos de su hotel.

 

 

Yo me detuve en el Air Force Museum, con la tranquilidad de saber que otro bus pasaría por ahí mismo en 20 minutos… Un recinto que obnubila por la cantidad de aeronaves civiles y militares que hicieron historia desde la Primera Guerra Mundial, además por las explicaciones en detalle sobre cómo las fuerzas se movieron en los distintos conflictos bélicos del planeta, entre ellas la Guerra Fría. En el segundo piso, la contribución de Canadá y sus protagonistas en la misión encaminada al progreso de la era espacial.

 

 

CON ENCANTO NATURAL

A pesar de ser la cuarta ciudad más grande de Canadá, situada en el margen sur del río Ottawa, desde sus albores la capital continuó en su desarrollo como ciudad verde. Hoy recibe 7 millones de turistas al año, que arriban seducidos también por su naturaleza, sus bosques, parques, áreas verdes y espacios públicos. Usted lo observará durante el recorrido que efectúa el bus turístico por los alrededores de Ottawa, el que no detendrá motores hasta mostrarle en las afueras el Rideau Hall, la residencia oficial del Gobernador, quien representa a Su Majestad, el Rey Carlos III, como Jefe de Estado de Canadá.

 

 

SU NOVEDAD TURÍSTICA

Mostrando la grandeza de la capital, la Oficina de Turismo innovó en agosto pasado con el Visit Ottawa Pass, un folleto de atracciones con la cual se ingresa a múltiples eventos a un precio módico. El pase, que llega directamente a su celular, lo conocimos gracias a Sarah Laturnus, Senior Manager de Travel Media Relations, con quien conversamos sobre la posibilidad de incrementar el turismo entre Chile y Canadá. De aquí que un  primer viaje desde Santiago a Montreal al más reducido costo, ya está en ciernes. Todo con extensión a Ottawa, dentro de un programa que incluirá clases cocina con premiados chefs del Cordon Bleu Cooking School. No sin antes valorar el maple syrup (jarabe de arce), producto del maple tree, el árbol de donde se extrae este dulce propio de Canadá. Dado que como emblema su hoja está inserta en la bandera, la Oficina de Turismo elaboró pins de recuerdo con los valores del país, como el honor, la unidad y el progreso. Tanto que imitar, pienso yo…

 

 

Diseño webpage: María Eugenia Vargas