Fue capital de Portugal hasta el siglo XIII. Calificada como la ciudad romántica, tiene el mérito de haber sido cuna de la primera universidad de Portugal, una de las más antiguas de Europa y la más antigua de habla portuguesa en el mundo. Hoy cobija a 20.000 estudiantes europeos e internacionales, ninguno de los cuales puede abstraerse de la dramática historia de amor que tendría lugar aquí y que perduraría a través de los siglos por generaciones.

 

 

Fue en nuestro viaje desde Lisboa hacia Oporto, en que nos detendríamos en esta ciudad costera, de calles estrechas, escaleras y arcos medievales, en cuyo sector más alto se encuentra la prestigiada Universidad de Coimbra: “La que debe subirse a pie”, nos confirmaría entre risas el ex embajador de Chile en Portugal, Pedro Pablo Díaz. La que también nos deslumbraría al recorrer sus dependencias, ubicadas en lo que fueron a partir de 1537 las bases del Palacio Real, luego que el rey Juan III la trasladara desde Lisboa, donde había surgido tres siglos antes.

 

 

Declarada en 2013 Patrimonio de la Humanidad, el reloj de la torre de la Universidad marcaría el paso del tiempo en un conjunto arquitectónico armónico, donde está el Gran Patio, el Palacio de las Escuelas, la imponente Biblioteca Joanina (donde está prohibido tomar fotografías) y la Capilla de San Miguel, que otrora fuera la capilla de los reyes. “Miren los techos”, nos sugeriría nuestro guía, Gerardo Atienza, confirmándonos que en la Corte de esta ciudad se viviría, a su vez, una casi shakespeareana historia de amor. Sus protagonistas: el Príncipe Pedro, que era casado, y la joven Inés de Castro, dama de compañía de su mujer, “lo que fue un escándalo para la épocaDado que Inés era gallega y sus hijos podrían llegar a ser reyes, el padre de Don Pedro, el rey Alfonso IV (que condenó siempre dicha relación) ordenó matar a Inés”. Según nuestro guía, «hasta aquí todo es verdad». Aunque nos previno que «el resto podría ser ficción«.

 

 (Tumba de Inés de Castro, en Alcobaça)

 

Pero, no… De acuerdo a cientos de publicaciones sobre esta tragedia, «tras un crimen que Pedro jamás perdonaría, le declaró a su padre una guerra que duró años. Cuando Alfonso murió y el príncipe fue coronado rey, Pedro exhumó el cuerpo de doña Inés, lo preparó con su vestido de novia para la Ceremonia de Coronación y lo colocó a su lado, donde cada sujeto se vio obligado a besar la mano de la reina. Después de una larga procesión, su cuerpo fue enterrado en el Monasterio de Alcobaça, a cuyo lado Pedro sería enterrado años más tarde”. Un drama que, a su vez, inmortalizaría Coímbra e uma liçao, tema que Amália Rodrigues -la cantante que llevó el fado a nivel mundial- expusiera musicalmente dolida, «donde una vez, entre lágrimas, tuvo lugar la historia de aquella bella Inés”.

 

 

Con tanta emoción ambiente, ¿será posible estudiar de verdad? «Con tanta juventud -a juicio de Gerardo- en Coimbra es muy fácil enamorarse. Los jóvenes pasan aquí los mejores momentos de su vida, llevan una vida buena financiada por sus padres y, cuando salen, tienen que trabajar (se ríe), poniéndose fin a tres meses de vacaciones». De aquí que «ciudad de amores», bien podría ser su marca registrada…