Texto y fotografías: Pablo Redondo   

 

Una vez más embarcados en busca de nuevos puntos de buceo o las maravillas que nos regala este bendito planeta. Nos tomó tres vuelos llegar. No es mucho para una isla paradisíaca, reserva de la biosfera y el mejor punto de buceo de todo Brasil. Los pasajes fueron Santiago-São Paulo-Recife-Fernando de Noronha, para llegar a esta isla que tiene solo 26 km2 y que está ubicada a 350 kms al este de la ciudad continental de Recife, en el norte de Brasil.

 

 

A la entrada a la isla hay que pagar el impuesto de conservación (215 reales). ¡Pero, ojo! Eso no da acceso a las playas, trekking y las maravillas de la isla. Además se debe pagar el acceso a los parques (casi toda la isla). Eso es 330 reales por persona. Los valen 100%. La isla esta muy bien cuidada, los parques son maravillosos, limpios y con instalaciones de primer nivel. Aquí no hay hoteles de lujo, cadenas de retail o comida, solo emprendimientos locales. La Pousada Lua Bela es simplemente un cuento. Una serie de cabañas muy bien acondicionadas, pero nada ostentosas, muy respetuosas de un entorno exquisito en vegetación. De un servicio maravilloso que viene de la honestidad y no de la transacción. Una clase magistral de autenticidad. Caminar por el pueblo es reconfortante al ver la belleza de la simpleza. Aunque hay restaurantes de muy buen nivel, el paisaje está lleno de casas con asadores en sus antejardines, complementados con unas sillas y oferta de cerveza y bebidas. Fuimos al centro de buceo para conocer con quienes habíamos agendado este viaje de buceo dos años atrás antes de la pandemia. Recibimos solo buenas vibraciones y agradecimientos por haber esperado dos años. La buena onda genera más buena onda.

 

 

La isla es pequeña, pero no caminable. Aunque uno puede arrendar bicicletas y motos, al poco andar nos dimos cuenta que el buggy es el rey del pueblo. Unos buggies de fibra de vidrio, con motor Volkswagen, son el mejor medio de transporte si quieres tener autonomía e ir a todas las playas y lugares que ofrece esta maravillosa isla. El primer día de buceo fue fascinante. Agua a 26 grados, visibilidad 60 metros y algunas mantarrayas nos vinieron a saludar, mostrando su belleza y elegancia. Del puerto salen los barcos de buceo. Ahí también se puede hacer snorkel.

 

 

La isla, a pesar de su tamaño tiene actividades diferentes para hacer todos los días por varios días: buceos, snorkel, playas alucinantes, canoas, avistamiento de delfines, trekking, etc. Los trekking son maravillosos, de una riqueza tremenda, oro verde. Si el buceo es también lo suyo, este lugar es una obligación.

 

 

Noronha Divers tiene un servicio de lujo para todos los niveles. Paulo Ferreira y Maristela Oliveira son los responsables de este centro y la verdad es que nunca nos hemos sentido tan a gusto. Son muy buenas personas y la operación que tienen andando es de lujo. Muy buenas embarcaciones, instructores y un altísimo nivel de seguridad. Algunos de los puntos son Cordas, 42m; Ressureta, 12m; Cagarras Fundas, 33m; o Buraco das Cabras, 15m, entre otros.

 

 

Hoy vimos tiburones, mantarrayas y buceo en cavernas… Increíble. Además de eso, de salida y llegada, nos alegraron una tropa de delfines juguetones. Aquí hay muchas cosas que hacer, pero sus playas son de primer nivel. Para acceder a Praia do Sancho, por ejemplo, se baja por un acantilado por escaleras verticales y al final una escalera tradicional por el cerro. No apta para personas de edad o dificultad de algún tipo para caminar. Aquellos que logran llegar tendrán una experiencia de película.

 

 

Hay otras playas de muy fácil acceso, como Praia Cacimba do Padre, Praia do Cachorro o Bahía do Sueste. La verdad es que la isla esta rodeada de playas de arena clara y aguas turquesas. Morro do Pico es la formación rocosa más visible de la Isla y referencia de ubicación es como un compás. Sin embargo, la postal mas famosa está en el mirador de la playa Bahía dos Porcos, donde se ven los dos islotes Ilhas dois Irmaos.

 

 

 

Comer es otra atracción de esta isla. No perderse los ñoquis con langosta en el restaurante Benedita- Cozinha afetiva o comer en El Perro, restaurante informal con música en vivo al lado de la playa y frente a la Catedral. De los más solicitados es el restaurant Chica da Silva. Hay espera desde las 19:00 hrs, de lo más concurrido que fui. La atención lenta, pero la comida muy buena. Una propuesta brasileña-francesa muy interesante. Tapiocaria da Babalu tiene el mejor postre de la isla (según dicen) y la verdad es que está a la altura. Cubos de tostadas francesas con canela y azúcar, dulce de leche y dos bolas de helado (coco, frutos del bosque o chocolate). Hay una oferta variada y muy entretenida de restaurantes y tiendas locales. Las estrellas en la noche, se caen encima de uno. Pareciera que no hay mosquitos. Son diminutos, pero al rato se hacen notar. No traje repelente y ante la desesperación usé el alcohol gel qué hay por todos lados en la Pousada. Sirvió, alivio la picazón y los mosquitos no atacaron más. Buen remedio si no traes repelente. No es algo tremendo de día, pero para dormir es una tortura. En general no hay internet, aunque vengas con Roaming. Algo hay en la mañana, pero el satélite deja de funcionar a las pocas horas. Ideal para los adictos al teléfono como un pequeño détox digital. Ojo con los enchufes, ojalá usar solo de dos patas o llevar un adaptador universal.

 

 

Esta vez pudimos bucear solo en un sector de la isla. El más habitado por fauna marina es buceable entre enero y abril. Es la temporada de lluvias, pero la lluvia no se siente bajo el agua. Septiembre es temporada seca y muy agradable. Hay muchos lugares para visitar, comer y disfrutar, pero lo más encantador es la gente, la seguridad y la amabilidad. Es como una cachetada a los citadinos estresados, amargos y temerosos, por las razones que sean, pero este lugar hace que todo eso se olvide.

 

En Fernando de Noronha, no hay delincuencia, no hay cárcel. La isla se abastece de energía limpias y tiene la política de “Zero Plástico”. Esta isla no está lejos, pero es poco conocida. Tiene un turismo de un 90% local. Para nosotros fue una aventura Padre-Hijo maravillosa. Se las súper recomiendo.