Por muchos años gran relacionadora pública del Teatro Municipal de Santiago, Jrisí Tefarikis regresó a la tierra de sus padres, de la que ella siempre se sintió orgullosa. Desde Atenas, hoy nos revela la grandeza de Salónica o Tesalónica, la segunda ciudad más importante de Grecia.

 

 

Texto: Jrisí Tefarikis

 

El centro turístico de Salónica o Tesalónica (Tehessaloniki) no solo es el de mayor interés en Europa por su belleza. Sino que desafiante, con 23 siglos de existencia, refleja la cultura de una de las ciudades más antiguas del mundo. Construida a orillas del mar, con una hotelería y gastronomía de lujo, en ella se centra influencia helénica, hebraica y bizantina con no más de un millón de habitantes, atraídos por la diversidad de sus universidades, a las que acuden estudiantes de todo el orbe. Desde Chile, cientos de alumnos de literatura, estudios clásicos, filología y filosofía partieron con becas otorgadas en los años ´50 por el Instituto de Estudios Bizantinos y Neohelénicos de la Universidad de Chile, cuya mayoría jamás regresó. Un destino que tiene una ventaja sobre Atenas: es más pequeña, ordenada y tiene una fabulosa infraestructura con hoteles 5 estrellas, situados uno muy cercano al otro, lo que la ha convertido en un destino ideal para el desarrollo de congresos.

 

 

La primera vez que yo escuché hablar sobre Salónica fue a través de las Epístolas de San Pablo a los Tesaloniences. Incluso visité una cárcel, donde había estado preso el santo apóstol, considerado el primer comunicador del Nuevo Testamento en Occidente. En lo personal, visité varias veces la ciudad, invitada por el gobierno de Grecia como periodista. En ese entonces, el Primer Ministro Andreas Papandreu, economista y político brillante -elegido varias veces autoridad máxima de Grecia- quiso emular al Rey Juan Carlos, de España, quien acercó el empresariado español a América Latina. Así en 1994, Papandreu creó el SAE (Synboulio Apodismú Heleniku) o Consejo de Gobierno de Grecia para los helenos del extranjero. Apoyados por el viceministro de Relaciones Exteriores, Grigoris Niotis -quien después fuera vicepresidente del parlamento griego- numerosas delegaciones de empresarios, docentes y universitarios del mundo tuvieron la oportunidad de conocer la nueva Grecia, entonces bullante y generosa. Sería la gran oportunidad de conciliar la Grecia clásica con las nuevas generaciones de helenos, radicados en los 5 continentes, y hacer de la Hélade una nación más poderosa y fructífera. Llegó, sin embargo, la debacle económica del 2015 que acabaría con el financiamiento del SAE y su intenso intercambio cultural con el resto del planeta

 

 

Salónica hoy es una preciosa ciudad turística y cultural que conserva sus orígenes en la Macedonia antigua del siglo IV AC, cuando reinaba Filipo II, padre de Alejandro Magno, el gran conquistador de la Antigüedad, educado por Aristóteles como filósofo y por su padre en el ejercicio de las armas. Tiempos en que Grecia estuvo dividida en 3 ciudades-estados autónomos: Esparta, la que cultivaba el físico de sus habitantes y los preparaba para la guerra; Atenas, la ciudad donde se crearía la democracia, la política y la cultura: y Macedonia al norte, desde donde Filipo II aprovechó la decadencia política de los otros dos para añadirlos a su poder hegemónico. La historia es conocida. A los 20 años, Alejandro Magno se hizo cargo del  incipiente gobierno tras el asesinato de su padre, y se convertiría a los 33 años -tras ramificar el grandioso imperio helénico más allá del Indo- como el general más brillante de la historia.

 

 

Salónica, sin embargo, debería enfrentar fuertes desafíos posteriores. Durante el período otomano, Grecia estaría cuatro siglos bajo dominio turco, período en que -además de habérsele sumado 35 minaretes- muchas de sus iglesias ortodoxas bizantinas fueron convertidas en mezquitas. Entre los años 1919 y 1922, gran cantidad de estos minaretes serían destruidos por griegos expulsados de Turquía que se refugiaron en Salónica, ciudad donde viven hasta la fecha. El salto cultural al mundo de Salónica vendría en los ´50, luego que el profesor y arqueólogo Manolis Andronikus descubriera el tesoro del oro, cuyos trabajos están expuestos hoy en modernos museos de la ciudad. Y a pesar de la destrucción colosal que Salónica sufrió tras el gran incendio -que en 1917 destruyó gran parte de su centro histórico y dejó sin hogar a 72 mil personas- la ciudad volvió a reconstruirse bajo la dirección del francés Ernest Hebnard, quien le devolvió su tradicional estilo europeo.

 

 

En definitiva… Si bien durante el Imperio Romano la ciudad fue la capital de la provincia de Macedonia, después co-capital del Imperio Bizantino junto a Constantinopla, más tarde con Esmirna -uno de los puertos más importantes del Imperio Otomano- Salónica ha sabido preservar todas estas capas históricas. Ese es el pasado glorioso de la ciudad. En la actualidad es una ciudad vibrante, llena de gente joven, con excelentes cafeterías y comida deliciosa.

 

 

Datos turísticos
  • Salónica es hoy la zona industrial y comercial de Grecia.
  • De grato clima, uno o dos grados más bajo que en Atenas, en verano es una delicia.
  • Tiene una estructura de 700 hoteles.
  • De sus tres universidades, la más conocida es la “Aristóteles”, donde estudian 150 mil alumnos.
  • Junto a Oxford y Heidelberg, Salonica es uno de los 3 centros universitarios en Europa con preponderancia de alumnos extranjeros, cuya única exigencia para ingresar es el manejo del idioma inglés.