Mucho más que playas, en estos últimos 10 años el desarrollo económico ha convertido a Miami -con su huella impresa en arte, cultura, gastronomía y arquitectura- en una sorprendente metrópolis.

 

 

Impacta desde que uno llega… Barrios de lujo, donde antes era peligroso ingresar. Centros comerciales con tiendas de las mejores marcas, donde nadie se imaginaba que podría levantarse un rascacielo. Edificios y hoteles que han modificado el centro, aunque se comente que el terreno comienza a hundirse… Muchos aluden a su plan urbanístico concebido para el año 2025, lo que situaría a Miami en una metrópolis capaz de competir con París, Londres o Nueva York. Lo concreto es que la transformación es un hecho… Solo a nivel de hotelería, el año pasado se inauguraron 21 establecimientos de hospedaje; este 2020 iniciarán funciones 23 nuevos hoteles; el 2021 tienen apertura confirmada otros 37 y más allá del 2022 (cuyas planificaciones no tienen aún fecha confirmada) hay 31 hoteles en lista de espera para todos los bolsillos. Aunque el más impresionante será el Marriott Marquis Miami World Center, cuya construcción comienza ahora en marzo a un costo de un billón de dólares (“un titán, un coloso, algo nunca visto antes, el sueño de todos nosotros”, como lo calificó el CFO del grupo hotelero MDM, Alejandro Jerez.

 

 

Para Melina Martínez –directora de Relaciones Públicas para Latinoamérica, el Caribe y México del Greater Miami Convention and Visitor Bureau- ”lo cómico es que aunque hemos evolucionado bastante, los latinoamericanos siguen pensando que Miami es nada más que playas y shopping. Y no es así. Esto ha sido un esfuerzo, una labor de amor, para dar a conocer que la ciudad va mucho más allá. Miami siempre será atractivo por su buen clima, sus playas, sus palmeras, sus ofertas y su shopping. Eso no se le puede quitar. Pero, lo que es la llegada del arte, la cultura, la gastronomía, la moda -entre otros sectores de la economía- todo ha avanzado de forma increíble en un mercado que pasó también a ser de lujo en estos últimos 10 años”.

 

 

La arquitecta iraquí Zaha Hadid, la primera mujer ganadora del premio Pritzker de arquitectura, levantó el primer rascacielo residencial de Occidente precisamente aquí. Ella falleció en Miami el 2016 antes de ver finalizado su edificio One Thousand Museum que se inauguró un año después. Una muestra de las osadas construcciones que se han levantado en la zona. “Hace 10 años -especifica Melina- cuando la gente salía de su trabajo en el downtown district, ese lugar se convertía en un desierto. Nosotros quisimos transformarlo en un lugar sofisticado, donde la gente pudiera vivir, trabajar y divertirse. Ahora se está llenando de gente joven entre 25 y 35 años. Aquí están las mejores marcas del mundo en los nuevos centros comerciales que se han levantado, como Brickell City Center, Mary Brickell Village, Frost Museum of Science, Perez Art Museum, con un nuevo Whole Foods, además de tantas actividades para disfrutar. La calidad de vida sube y tener una propiedad en Miami es oro”.

 

 

EL ARTE TAMBIEN TOMO OTRO RUMBO

 

Si bien en la antigüedad existían los mecenas, el arte se transformó en commodity, asegura la experta en arte Claudia Díaz (chilena, por años residente en la ciudad) quien es capaz de contar la historia de cada uno de los exponentes en Art Miami, la feria que durante la Miami Art Week -realizada entre el 5 y el 8 de diciembre pasado- tuvo la mayor convocatoria, y en la que participaron las galerías chilenas AMS, La Sala y que en años anteriores han expuesto, entre otras, Artespacio, Ana María Matthei y Cecilia Palma. “Y es que hoy la gente compra arte, lo guarda, y ese mismo cuadro lo vende 5 años después triplicando su valor”, complementa Claudia, asegurando que es el mundo de las grandes ferias, con gente que ha hecho fortuna en la última década, como Art Basel, que este año cerró sus puertas en Miami Beach, con  coleccionistas de 76 países que recorrieron 269 galerías de todo el mundo. «Y no es que haya un surgimiento del arte en Miami -señala- sino que se ha producido un destape de colecciones que están aquí y que le han dado un valor agregado a la ciudad. El proyecto de 25 años plazo, de convertir a Miami en una ciudad cosmopolita de primer nivel, partió por crear una infraestrucura cultural que esté al mismo nivel de grandes ciudades del orbe, para darle una cierta validez que no tenía hace 20 años atrás”.

 

 

Y NACIERON NUEVOS BARRIOS

Si bien la mayoría de los turistas llegan a South Beach por el atractivo de sus playas, la consolidación del Design District –revivido por su desarrollador, el coleccionista Craig Robins- le dio a Miami un encanto urbano. Aparecieron allí galerías de arte europeas, estudios, ateliers y espacios públicos alternativos para importantes colecciones y museos: como el MOCA (Museum of Contemporary Art), la colección de Mera y Don Rubell, Martin Margulies, Jorge Pérez, Gary Nader y una multitud de ferias de arte internacionales. Hoy Design District constituye un centro comercial de lujo, con las boutiques de mayor prestigio mundial, tales como Prada, Cartier, Louis Buitton y Hermès, junto a pequeñas tiendas artesanales o galerías arte alternativo.

 

 

Más al sur y a minutos de Midtown, está Wynwood, el temido sector que antaño fue hogar de la clase obrera… Hasta comienzos del 2000, cuando el empresario y mecenas del arte -Tony Goldman- vio su potencial y lo transformó en una galería de arte al aire libre que cobró vida con aspirantes a pintores, grafiteros, creativos y jóvenes innovadores. En la actualidad es el barrio favorito de quienes buscan un rincón artístico, asociado al arte callejero y a espectaculares murales pintados en las paredes de fábricas antiguas. Como las Wynwood Walls, murallas gigantes que constituyen un lienzo en blanco para artistas famosos de todo el mundo.

 

 

LOS RUBELL

Ahora, si usted llega a Miami, no pierda la oportunidad de conocer la colección de Mera y Don Rubell, dos de los más prominentes coleccionistas de arte y líderes en la escena de Miami, en momentos en que la pareja inaugura un museo sin precedentes -incorporando artistas claves y movimientos importantes de los últimos 50 años- en Allapattah, vecindario al oeste de Wynwood, que los entendidos profetizan como el próximo lugar de moda y cuya muestra es por lejos una de las exhibiciones de arte contemporáneo jamás antes mostrada. Advierto, sí, que no se frenen al constatar la sencillez de su exterior porque nadie imagina la belleza que existe dentro.

 

 

Los Rubell comenzaron su colección cuando la pareja (recién casada) vivía en Chelsea y recorría los estudios del Soho en el Nueva York de 1964, años en que Ray Lichtenstein y Andy Warhol lideraban la revolución artística. Don estudiaba medicina y Mera, como profesora, ganaba US$ 100 a la semana. Haciendo un esfuerzo, se comprometieron a gastar el 25% de sus ingresos para adquirir trabajos de artistas emergentes. Una regla que cumplieron siempre. Con el tiempo, ese 25% se transformó en una fortuna con la que pudieron comprar incluso colecciones completas. Ahora (55 años después) poseen 7.200 piezas de más de mil artistas. De hecho, más allá de las cifras, hoy la colección Rubell se perfila como uno de los holdings de arte contemporáneo más importantes del mundo.

 

 

Gente extraordinaria que ha situado a Miami en el mapa global. Tanto como la cantidad de bancos y empresas internacionales que han instalado aquí sus headquarters. Miami está solo a 7 horas de Londrés, Paris o Milán. No tan cerca de Asia, aunque también está llegando un importante flujo asiático. Y es que, en general, todo el mundo entiende que Miami no solamente es un punto de entrada para Estados Unidos, sino punto de entrada hacia Latinoamérica en todo sentido.

 

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