El interior de la lujosa mansión del diseñador italiano, previo a su transformación en el icónico hotel de hoy.

 

Fotografías: Judith Arango

 

Reconocí el palacio de Gianni Versace tan pronto comencé a ver en Netflix American Crime Story, como si yo hubiese visitado sus aposentos ayer, aunque no pude pasar más allá del primer capítulo de la serie, descompuesta con tanta muerte ocasionada por el asesino que le propinó dos disparos en la cabeza en las mismas escalinatas del palacio que el famoso diseñador construyó en Miami. Y es que mil recuerdos se agolparon en mi mente del día en que con Judith recorrimos el palacio, momentos en que el suizo Reto Gaudenzi (quien manejaba uno de los traspasos de la propiedad hasta convertirse en Villa Casa Casuarina, el hotel de lujo que es hoy) nos dio acceso a su interior.

 

 

Construída como complejo de departamentos en 1930 por el arquitecto Alden Freeman, heredero de al petrolera Standard Oil, la residencia de estilo mediterráneo -ya deteriorada por el transcurso de 6 décadas- fue adquirida en 1992 por Gianni Versace en menos de US$ 3 millones. Pagó otros casi US$ 4 millones por el hotel Revere, su vecino sur de estilo art deco (a pesar que la Liga de Preservación de Diseño de Miami estaba en contra), derribó todo -porque para él lo más importante era el valor del terreno- y puso encima otros US$ 32 millones para transformarla en una exuberante mansión de estilo neoclásico, a la altura de un imperio repleto de detalles, como piscina con azulejos de oro de 24 quilates, baños de mármol italiano, balcones con vista al mar, mosaicos, columnas, pórticos, jardín y un amplio edificio principal que dio paso a 10 suites decoradas con frescos. En la superior, conocida como Venus, se instaló su hermana Donatella, la misma habitación que ahora está disponible como hotel boutique por más de 1.000 dólares la noche.

 

 

Después del fatal accidente, Donatella se empeñó en borrar cualquier vestigio de su hermano antes de venderla en US$ 19 millones a Peter Loftin, magnate de las comunicaciones. La sobrina del diseñador, Allegra Beck, heredaría la propiedad y su hermano Daniel se quedaría con la colección de arte, cuyas piezas se subastaron en Nueva York por US$ 28 millones. La residencia finalmente se subastaría el 2003 en US$ 41,5 millones, remate en que Donald Trump (entonces dueño de Mar-A-Largo, en Florida) ofreció la segunda mejor oferta, pero donde resultó vencedora la familia Nakash, dueña de Victor Hotels, su propietaria actual.

 

 

Ubicada frente al mar en 1116 Ocean Drive -bajo el nombre de Villa Casa Casuarina, en pleno corazón de South Beach- la mansión se presta  también hoy para la realización de grandes eventos. Como lo fue la filmación de American Crime Story, con la actuación de Penélope Cruz (como Donatella) y Ricky Martin (en el papel del socio de Versace). Una construcción que, a pesar del paso del tiempo y de la muerte del artista, el espíritu Versace permanece allí indeleble. Imborrable. Siempre presente.