Construirlo fue la aventura del inmigrante checo Guillermo Pollak. Su diseño, obra del arquitecto Jorge Elton. Todo en tiempos en que los caminos eran apenas una huella de tierra entre Pucón y Villarrica. Pero, su escenario impresionó al mundo. Tanto, que incluso la reina Isabel de Inglaterra alojó aquí en su visita oficial a Chile hace 50 años. Un histórico aniversario que este 17 de noviembre se conmemorará simultáneamente en Pucón y Londres.
Cuando el joven Guillermo Pollak vislumbró en 1938 el inicio de la II Guerra, se embarcó hacia América. Su travesía lo llevaría a terminar en Pucón. “No tendré dinero, pero tengo firma”, le dijo al empresario de un hostal, cuyas deudas asumió en forma personal para emprender su nueva vida. Trajo a Catalina, su novia de Praga, y con el tiempo juntos pondrían en marcha lo que es hoy el emblemático hotel Antumalal, a dos kms del pueblo. Para ellos, fue el lugar más parecido a los Alpes suizos, donde se conocieron. Y hasta aquí llegan chilenos en luna de miel y personalidades sin querer hacerse notar. Salvo algunas excepciones que no lograron pasar desapercibidas.
El Antumalal se levantó en 5 mil metros de terreno en pendiente, que se transformaron en jardines que hoy embelesan como verdaderas esculturas de árboles nativos. Como lo reconoce su hija menor -Rony, hoy a la cabeza del hotel- “una propiedad a orilla del lago, viniendo de Europa, para mi papá era un lujo”. Bajo la presidencia de Gabriel González Videla, recibirían un crédito Corfo y levantarían la obra con recursos de la zona. Incluso sus paredes interiores fueron revestidas con araucarias de una sola pieza, árboles imposibles de talar hoy tras decretárseles monumentos naturales del país.
Lo que sucedió con la reina, ocurre hasta ahora, identifica Rony. “El hotel no podía darle a ella los lujos que tiene en Buckingham. Si, solo la elegancia dentro de lo que podíamos ofrecer. Porque eso es lo que ha pasado siempre. El Antumalal es un hotel para gente que está acostumbrada a lujos. Para nosotros, el lujo es la vista, el cuadro es la naturaleza. El hotel se diseñó enmarcando el paisaje. Por eso no hay cuadros en el hotel. Es como si el marco fuera Dios. Y aunque no se crea, nuestro principal mercado es Chile, gente entre 40 y 60 años interesada en la cocina de autor, en el diseño y en la naturaleza, con lo que aquí se alucinan”. Siempre con ese impresionante telón de fondo, que es el volcán Villarrica.
MAS ALLA DEL ANTUMALAL
En la zona hay también mucho que ver. Uno de los lugares que emerge como especial atractivo es Curarrehue, a 40 km de la frontera con Argentina (por el Paso Mamuil Malal), que junto a Pucón y Villarrica forma parte del polo de desarrollo “Lacustre andino de la Araucanía”. En su museo, se pueden conocer sus historias de origen y, a un costado del museo, degustar gastronomía de origen mapuche, en sus diversos locales comerciales.
Imperdible: visitar los telares de Juanita Becerra: “Sueños y colores”. Ella no se mueve de este paraje “ni por nada”, pero a su vivienda -en los cerros- llegan a entrevistarla canales de televisión. Y de todas maneras, saborear frente a la plaza de Curarrehue los productos y pastelería mapuche de “La cocina de Elisa” otro encanto. Ella asegura no ser la dueña, aunque lo es. “Usted nunca me escuchará decir que es mía porque yo siento que es de toda la comunidad. Nosotros, los mapuches, somos así”, enfatiza. Y allí mismo, también degustar el indescriptible café de maqui que ella prepara. Como así mismo admirar –a pared completa- la historia del pueblo mapuche en prosa que escribió el Nobel de Literatura, Pablo Neruda, “Oda a la araucaria araucana”.
A TENER EN CUENTA
- El hotel está ubicado en el km 2 del camino Pucón-Villarica, en plena Araucanía andina y lacustre, al lado de lagos y volcanes.
- Davita Tours, agencia del Antumalal, lidera el mercado con 8 diferentes tours al aire libre, como avistamiento de aves (@birdwatchingpucon y puconbirding.com), fotografía (@puconphoto), aguas termales, ski y trekking de alto riesgo con Point South, outsourcing que sigue los parámetros del hotel.
- Todas las habitaciones, tanto en suites como chalets, tienen vistas panorámicas al lago.
- Su Spa Antumaco ofrece terapias múltiples en un entorno de película.
- Y a solo 20 minutos de distancia, distintas atracciones como el volcán Villarrica o algún parque nacional.
- Para los telares de Juanita Becerra, «Sueños y colores», su email: ayuynantu@yahoo.es y cel. +56 9 8513 9538.
- En cuanto a «La cocina de Elisa», su teléfono +56 9 6716 1124), frente a la plaza de Curarrehue.
COMO LLEGAR
- Por vía aérea a Temuco, ciudad a 780 km al sur de Santiago, en vuelos diarios de una hora en Latam y Sky Airlines
- Los traslados desde y hacia al Antumalal, ubicado a 90 km hacia el interior, los efectúa personal del mismo hotel.
- Contacto: info@antumalal.com, marketing@antumalal.com- www.antumalal.com y teléfonos +56 45 244 1011 y +56 45 244 1012.
Definitivamente, mi hotel preferido en Pucón. Un paraíso en la Araucanía.
Atención de primera, decoración hermosa y confortable. Un paisaje de ensueño y comida muy buena.
100% recomendable
¿Cierto que sí? Totalmente de acuerdo…!
El hotel Antumalal es vivir una experiencia única.
Su emplazamiento es un lugar de sueño con una vista sobrecogedora .
La hoteleria de primera , con atención esmerada y personalizada.
Piezas buenas, con vista al lago y volcán . Muy recomendable !
Hotel q cuenta con cabañas maravillosas .personal q cautiva fuera de sus bellezas.
Un agrado sentir la maravilla de nuestro SUR CON PLAYAS PRIVADAS Y PISCINA.
Es una historia muy bella que dejó la barra muy alta en la zona y en Chile: arquitectura de vanguardia que no pasa de moda, parque maravilloso, hotel de lujo. El lugar está impregnado del amor de los fundadores y de su familia que ha sabido mantener el buen gusto en todo. Es una joya ubicada a la entrada de una región rica en bellos parajes y paseos (termas, esquí, trekking, deportes acuáticos…).
El Antumalal es emblemático, ahora ¡a escribir el libro!!
Cecilia
Mañana me voy a Pucón, así que lo tendré en cuenta para ir a almorzar con una bonita vista. Además, siempre que voy a Pucón me encanta ir un día al atardecer para gozar de una magnífica puesta de sol.