Un viaje familiar de tres semanas al lugar donde emergiera uno de los mayores imperios de la antigüedad.

 

Texto y fotografías: Carmen Marticorena.

En cualquier vuelo a un país musulmán, en el avión irán varias mujeres con su cabeza cubierta, ya sea con una burka o con un pañuelo. Lo curioso es que al anunciarse que estamos próximos a aterrizar en Teherán, hay mucho ruido de apertura de los compartimientos altos del vuelo de Turkish Airlines y, cuando nos paramos para descender, todas, todas somos musulmanas. O lo parecemos.

 

 

Estamos empezando un viaje familiar de 3 semanas para conocer las  tierras de Ciro el Grande y de Darío, esos magníficos gobernantes que lograron uno de los mayores imperios de la antigüedad, que llegó a extenderse desde Grecia a la India. Gobernaron permitiendo que cada pueblo invadido conservara su religión, bastante autonomía  en sus formas de gobierno y respetando a los vencidos como se respetaba a su propio pueblo.

 

 

A familiares y amistades no les resulta fácil entender el lugar elegido. Puede ser peligroso, nos dicen. Somos 8 (matrimonio, 5 hijos entre los 7 y los 20 y yo, la abuela). Y parece que a nosotros nos cuesta explicar la fascinación que siempre ha ejercido ese país en nuestra imaginación. Nos hemos preparado con tiempo, hemos arrendado un van por internet, y comprado por la misma vía nuestras negras tenidas. Traemos dinero en efectivo, dólares y euros, ya que las  tarjetas de crédito extranjeras no funcionan en Irán por boicot de Occidente. Hemos leído bastante y estamos expectantes. Un poco asustados también. Por internet, igualmente hemos contactado a Mehdi, quien nos ha ayudado con los guías y hoteles.  Una van nos espera en el aeropuerto de Teherán, contratada para toda nuestra estadía con chofer que habla inglés.

 

 

TEHERAN

 

Teheran no impresiona como una ciudad bonita. Más bien se quedó pegada hace unos 40 a 50 años. Hay algunos edificios y palacios que valen la pena,  pero no el conjunto. Las mezquitas, todas, de una belleza indescriptible. Los autos se ven antiguos, aunque sean del año. La inmensa mayoría de  mujeres  se cubre con la burka negra, aunque hay un número importante -especialmente jóvenes- que usa jeans, una parka larga encima, y un pañuelo de colores en la cabeza.

 

 

Diferente es Teherán alto. A los pies de la montaña nevada, es el área de las grandes mansiones y los edificios modernos, donde vivía la elite en los tiempos del Shah. Hoy la habitan los jerarcas del régimen. El lugar de moda es Darband, una calle  entre montañas, llena de restaurantes y cafecitos que parecen descolgarse de la roca. Comemos en uno, a la usanza iraní, que no usa mesas ni sillas, sino asientos enormes, con cojines, donde todos nos sentamos sin zapatos. Y cuando traen la comida, un mantel plástico donde se coloca todo. Y ahí vivimos por primera vez el taroof, que es la hospitalidad y amabilidad iraní en su máxima expresión: pedimos la cuenta y el camarero nos dice que no, que no es nada. Nuestra guía nos explica que hay que insistir. Nuevamente nos dice que no es nada. A la tercera, acepta y nos trae la cuenta.  Eso es una costumbre absolutamente iraní. Sucede en el taxi y en todas partes. No se trata de decir gracias y bajarse. Hay que insistir y pagar. ¡Maravillosos iraníes!

 

 

Imperdibles de Teherán: el Palacio de Golestan, en pleno centro, muy cerca del Gran Bazar, que fue usado como residencia por varias dinastías. Patrimonio de la Humanidad, por fuera no destaca. Por dentro es de una majestuosidad impresionante. Lo que más llama la atención es el trabajo de muros y techos interiores: mosaicos de miles de pedacitos de espejos que dan un brillo y una luminosidad increíble.

 

 

El Tesoro de las Joyas Reales en el Banco Central es lo más impactante que hemos visto en nuestras vidas. Es una bóveda inmensa en el subterráneo del Banco Central iraní, al que no se puede entrar ni con celulares, cámaras o cartera, Allí se despliegan, en 37 enormes vitrinas,  la más impresionante colección de joyas, coronas, sables, artículos decorativos, bandejas y bandejas repletas de brillantes, perlas, turquesas (la piedra local) que uno pueda imaginarse. ¿Su valor? ¡Ni los mas expertos tasadores del mundo han podido calcularlo! Hay que decir que las joyas de la corona inglesa y las del Kremlin no son nada, absolutamente nada, al lado de éstas. De hecho, desde 1937 forman parte del respaldo de la moneda iraní. Porque no es que hayan pertenecido a los gobernantes: desde los 1500 han estado en sus manos, pero debidamente catalogadas, y pasadas de una dinastía a otra, por voluntad o la fuerza, pero en cada una se han ido  agregando nuevas piezas, los regalos de gobiernos extranjeros, botines de guerra, etc. Entramos dos veces, porque estamos conscientes que jamás volveremos a ver algo así.

 

QOM

 

 

Luego de 3 días en Teherán, Qom es nuestro primer destino: la ciudad más religiosa de Irán, cuna del Ayatollah Khomeini, desde donde dirigió la campaña en contra del Shah Reza Pahlevi. No se ve ninguna mujer sin la burka negra. Visitamos la segunda mezquita más sagrada e importante de Irán. En el control de entrada, por ser extranjeras, amablemente nos ponen, por sobre nuestras negras burkas, otra de color claro. Y de guía, a un mullah, un profesor del islam. Usa turbante negro, lo que significa es descendiente de Ali, el yerno y primo de Mahoma. Encantador, nos explica de la arquitectura y de  las diferencias entre sunitas y chiitas. Y lo que no conocíamos: los chiitas rezan 3 veces al día, no 5, porque en el Corán se establece que hay que hacerlo de 3 a 5 veces, y ellos decidieron que solo 3. Pero lo que más nos impacta es cómo insiste en explicarnos que el Islám respeta todas las religiones, y que ellos no son terroristas, ni su religión ni su país. Y nos pide, como lo harán muchos otros, que cuando regresemos a nuestro país, aclaremos que ellos no son ni amparan terroristas. La religiosidad que se vive en estas mezquitas es impresionante. Es un día de semana cualquiera, y cientos de personas se lavan cara y manos, y entran a rezar. Es una devoción conmovedora. Tanto como la belleza de la mezquita.

 

KASHAN

 

 

En Kashan nos enamoramos de Irán. Esta increíble ciudad de color arena, la segunda ciudad habitada más antigua del mundo, con más de 7.000 años, aunque queden pocos restos. Kashan, de donde se dice partieron los Reyes Magos siguiendo una estrella, es un oasis en la ruta de Qom a Kerman, en medio del desierto central de Irán, y lugar importante de la civilización prehistórica. El casco histórico tiene casas de mercaderes, hoy vacías, que datan de los siglos 18 y 19, y  que tienen unas bóvedas y una arquitectura verdaderamente espectacular. Y unos jardines, los famosos y simétricos jardines persas, con grandes piscinas de agua, característicos de este país. Pero si desde el suelo el casco antiguo de Kashan es de una belleza conmovedora, caminar por los techos, por las azoteas, lo es más. Puedes caminar cuadras admirando su arquitectura, sus tejados y sus  cúpulas color arena, con vidrios de colores, que se ven  tremendamente modernas. Un español nos dice que le recuerda las casas de Gaudí  de Barcelona. Y sí, tiene toda la razón.

 

ABYAHNE

 

 

De Kashan seguimos a Abyahne. Pero antes hay que contar lo que es ir horas en auto en este país, por caminos excelentes, muy bien pavimentados, en medio de la nada misma. Miras a la derecha, nada. A la izquierda, nada. Solo el mas árido desierto imaginable. De fondo, montañas. Cada una hora mas o menos aparece una estación de servicio, que suele tener un restorante adosado. Pero aparte de eso, nada. Desolación es la palabra que se viene a la mente. Sobrecoge tanta aridez. Hemos estado en otros lugares desérticos, pero como esto, nunca. Y llegamos a Abyahne, Patrimonio de la Humanidad, una de las ciudades mas antiguas y bellas de Irán. Es un pueblito rojo, con casas y calles del mismo color, que se desparraman por las laderas de la montaña, y donde todo es diferente. Se visten distinto, casi no se ve el negro, usan pañuelos de colores, polleras coloridas, hablan un dialecto propio y tienen una religión que no es el islam, sino el zoroastrismo (antigua religión persa). La habitan menos de 300 personas, todas mayores, ya que los jóvenes han emigrado a las ciudades. ¡Hace mucho frío pero el espectáculo es imperdible!

 

ISFASHAN

 

 

Seguimos a Isfashan, sin duda, uno de los lugares más bonitos de este viaje. Dos veces capital del Imperio Persa, es la tercera ciudad de Irán, y la mas visitada por los iraníes . Su enorme plaza, Naghash-i jaha,  una de las mas grandes del mundo, con 500 metros de largo y 165 de ancho. Es también Patrimonio de la Humanidad. Corta el aliento la simetría, la belleza,  el orden y la paz que proyecta. Y la vista del fondo de la plaza, donde está otro Patrimonio de la Humanidad: la Mezquita del Imán.  Impactante los alminares y cúpula cubiertos de mosaicos azul turquesa, oro, amarillo, hechos por los mejores expertos del siglo XVII y los mejores calígrafos de la época. A un costado de la plaza está el Palacio de los Shas, del siglo XVI, con largas y empinadas escaleras, una sala de música y una  galería con vista increíble sobre la plaza. Al frente, otra mezquita. En las calles que rodean la plaza, cientos de tiendas que venden artesanía, cerámicas, dulces, y por supuesto, alfombras. Y en los jardines de la plaza, estudiantes y familias se sientan a conversar y hacer picnic. En Isfashan está también el puente de los 33 arcos, por los que actualmente pasa el agua solo un par de veces al año. Es usado como punto de encuentro, y quienes están conversando te invitan a probar su comida . No hay duda, los iraníes son un pueblo generoso y amistoso con los turistas. Que son pocos.

 

SHIRAZ

 

 

De Isfashan a Shiraz, ciudad que tiene más de 2500 años, también fue capital de Persia. Conocida en la antigüedad por sus vinos, sus mujeres y por los poetas que nacieron  en ella. A propósito del vino, prohibido como toda bebida alcohólica en el país, aunque nos dicen que en muchas casas aún se fabrica vino artesanalmente.  Y se consume en privado. Mausoleos de poetas, jardines en que se honra a otros, muchos lugares de gran belleza, como la Mezquita Rosa. Es una obra de arte, decorada por dentro con miles de azulejos rosados y con rosas, que dan tonos distintos al entrar la luz por los ventanales con coloridos vitrales, pero donde predominan los fuertes rojos.

 

PERSEPOLIS

 

De Shiraz a Persepolis, a conocer la que fue hace 2500 años la capital del imperio Aqueménida, el más grande de la historia persa. Fue Darío el Grande, Rey de Reyes y muchos títulos más, como se define en las inscripciones del lugar, el que decidió construir -en su honor y el de Ciro, creador del imperio- la más majestuosa capital de la época. Y que, a diferencia de otras, no fue hecha por esclavos, sino por obreros contratados para ello. Doscientos años más tarde fue conquistada y  destruída por Alejandro Magno. Cuenta la leyenda que después de ver las cenizas de Persépolis, lloró. Según Plutarco, Alejandro Magno necesitó 10.000 mulas y 15.000 caballos para sacar los tesoros de la ciudad. Que no quemó para dominarla, sino como al mes después, se dice que en una borrachera.  A lo mejor cuando se le pasó el efecto fue cuando lloró….  Como sea, lo que queda es una maravilla arquitectónica.  Pero más que la grandiosidad de las ruinas, lo que impacta es la calidad de los bajorrelieves. Los detalle étnicos de los distintos pueblos que ofrecen sus regalos y homenajes a Darío, de sus vestimentas, peinados y tocados, el detalle de los regalos, de los adornos, es increíble. Hay que verlo.Y es ahí cuando te empiezas a enojar. Porque este lugar hay que conocerlo y recomendarlo como un imperdible.

 

YAZD

 

 

De Persépolis seguimos a Yazd, pasando por antiguas ciudadelas de adobe como Bam y Rayen, que tienen alrededor de 1500 años, y que son las mayores construcciones de adobe existentes. Han sobrevido cientos y cientos de años, aunque Bam se destruyó en un 70 % con el terremoto de 2003. Ciudad visitada y destacada por Marco Polo, Yazd es conocida principalmente por sus tejidos de seda. También Patrimonio de la Humanidad, es un oasis justo antes del gran desierto de sal de Irán, por lo que era parada obligatoria de la ruta de la seda. Bellísima, es una ciudad de adobe, de 5.000 años de antigüedad, llena de callecitas angostas y laberínticas, con hoteles, restoranes y cafecitos , adaptados en construcciones antiquísimas. La vida social se hace mucho en cafés ubicados en las azoteas de los edificios, que al caer el sol permiten una vista de la ciudad, sus mezquitas y sus torres de viento. Hay que visitar el Templo de Zoroastro, donde está la llama que se dice ha ardido por 1.500 años, aunque solo desde 1935 en ese templo. Pero, lo mejor es arrendar una bicicleta, y perderse por las callecitas de Yazd…

 

 

Y en camino a Yazd, no podemos dejar de mencionar Meymand, la aldea troglodita que es una especie de modesta Capadocia, habitada por pastores  nómades desde hace 12.000 años. Excavadas en la roca, que debe ser blanda, son varias hileras de casitas, mas bien habitaciones, una encima de la otra. Muchas están vacías, pero actualmente viven alrededor de 150 personas en forma permanente, más las que suben a pastorear en determinadas épocas.

 

 

Como escribió mi hija en Facebook: “Desde las mezquitas, cada una más impresionante que la otra, por su belleza, elegancia, sus detalles y sus maravillosas cúpulas, hasta las ruinas de Persépolis, que reconozco me sacaron un par de lagrimones, pasando por algunos de sus pueblitos, como sacados de las Mil y una Noches, y sus interminables desiertos, este país me ha fascinado… Vine con expectativas, pero nada comparado con lo que he visto y vivido. Pero, ¿si tuviera que elegir lo que más me gustó? Elijo a su gente. Nunca antes me había tocado gente tan acogedora. Como dice Lonely Planet: “Bienvenido al país mas amistoso de la tierra. Es cierto. ´Welcome to Irán´ lo escuchamos todos los días. Se desviven por causar buena impresión, por atenderte, por ayudarte y porque estés contento en su país, y así hagas un buen feedback de ellos y los dejen de creer terroristas….”.

 

DATOS A TENER EN CUENTA

 

COMO LLEGAR:

Turkish Airlines, https://www.turkishairlines.com

* La Visa se saca en la Embajada de Irán en Santiago, Estoril 755, Las Condes. Email: embirenchile@gmail.com, tel. (+56 2)27233623. También se puede sacar al llegar al aeropuerto de Teherán.

*Chile tiene Consulado en Teherán. Email: embassyofchile.iran  gmail.com

*Guía turístico : Mehdi Khosho –Iran  +989380423408/ mehdi.kh115@gmail.com

 

DONDE ALOJAR

*Hotel en Mahan, Kerman: Eyvan Hotel. Email: eyvan.hotel@gmail.com. Tel. +98 990 978 8150 – https://travital.com/hotel/eyvan-mahan-traditional-hotel-kerman/

*Hotel en Isfahan: AliQapu Parsian Hotel ( es una cadena ): +983132227929 – http://www.parsianhotels.com/page/Parsian+Ali+Qapu+Hotel++Isfahan

*Hotel en Kashan: International Negin Hotel: https://www.persiantouring.com/hotels/negin-traditional-hotel-kashan/

*Hotel en Shiraz: Forough Hotel – http://www.irantravelingcenter.com/forough-hotel-shiraz/

*  Niayesh Boutique Hotel:  http://niayeshboutiquehotel.com