UN VIAJE HACIA LA ANTARTICA
Soledad Miranda, ex editora internacional de revista Cosas, retrató la zona.
A bordo del barco noruego “M/S Nordnorge”, cruzamos el temido Paso de Drake y conocimos maravillas, como la isla Cuverville y Bahía Paraíso. Un viaje que nos conmocionó los ojos, la cabeza y el alma junto a periodistas y agentes de viaje.
Los pasajeros realizan un recorrido geográfico que está muy conectado con los propios sueños sobre ese territorio y más de alguno comprueba con lágrimas en los ojos que algo muy parecido a la idea que tenemos de Dios, palpita y hace palpitar en esos fríos espacios.
Bahía Paraíso, según el capitán, es el lugar más lindo del mundo. En lo personal, no sé si es el más lindo, pero sí el más extraño: es como si no estuviera en este planeta. El hielo no sólo estaba en el agua y en las montañas, sino también en el cielo: las nubes parecían pegadas, congeladas con las cumbres de los cerros y a las 12 de la noche la luz del día estaba detenida en una intensidad insólita. Y todos desembarcamos en el continente en forma ordenada, bajo la dirección de el geólogo Stefan Kredel e Ian Michael Shaw, jefe de la expedición.
¿Quién podría creer en pingüinos antes de haberlos visto?”. La isla Cuverville es el hogar de una de las más grandes colonias de pingüinos Gentoo, que tienen una manchita como un pétalo blanco sobre los ojos. La norma de hierro, en este caso, es mantenerse a 5 metros lejos de ellos y no obstaculizar sus recorridos. Está prohibido sacar ni una piedra, un liquen o algún pedacito de fierro o madera de las bases visitadas. No molestar a los científicos es otra orden y tampoco se puede fumar en tierra; pero ni los adictos se molestan porque tienen su lugar especial en el barco: el bar en el séptimo piso.
Si en el exterior el frío y la inmensidad dominan todo el horizonte, en el interior del “Nordnorge”, la seguridad y el agrado son parte de la idiosincrasia. Con tecnología de punta en la navegación y también en las instalaciones hoteleras, el barco es un pequeño mundo que hasta produce su propia agua potable: cien mil litros al día. Turnos ininterrumpidos en la cocina permiten panes frescos, tortas y pasteles a toda hora. Es casi ciencia ficción porque cuando empiezan las ventiscas y uno se asoma a alguna cubierta, no soporta 5 minutos debido a las agujitas de hielo que pinchan dolorosamente la cara, y el viento que no permite caminar. En ese sentido, el “Nordnorge” es una parábola de lo que la tecnología ha hecho para permitir a algunos privilegiados asomarse a un territorio que pareciera ir más allá de lo propiamente planetario.Y el privilegio es más grande y misterioso de lo que aparenta a primera vista…
Una aventura fuera de serie, al mando del capitán noruego Kjell Peder Skjoldvaer y de Jorge Maino, organizador y líder de este sueño. Un crucero que salió desde Ushuaia con más de 150 pasajeros alemanes, franceses, ingleses, norteamericanos y chilenos, para regresar a Punta Arenas 9 días después.